Súper tutorial: cómo encontrar un voluntariado en 10 pasos

como encontrar un voluntariado en 10 pasos

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Sé perfectamente lo difícil que es encontrar un voluntariado.

Lo sé, en primer lugar, porque yo lo he vivido. Y, además, porque cuando volví a casa después de casi un año como voluntaria en Kenia, empecé a recibir mensajes de amigos y conocidos, y de amigos y conocidos de mis amigos, preguntándome por opciones de voluntariado y pidiéndome consejos para preparar su viaje solidario.

Fue entonces cuando me di cuenta de que encontrar un voluntariado que se adapte a las propias necesidades y perfil, no es tarea fácil. Y fue entonces cuando supe que existía una necesidad real entre las personas que quieren colaborar en terreno y que no saben por dónde empezar.

Decidí apostar por Pasaporte Solidario. Decidí compartir mi experiencia y mis conocimientos sobre voluntariado para que fueran útiles para personas que están en el mismo lugar que estuve yo hace algo más de 3 años.

Y, día tras día, con los emails y consultas que recibo por correo electrónico o Facebook, sigo constatando que encontrar un voluntariado trae de cabeza a muchas personas.

Es por eso que hoy quiero contarte, paso a paso, cómo encontrar un voluntariado: TU voluntariado. Te presento mi hoja de ruta para encontrar un proyecto que te apasione y responda a tus necesidades, con pasos probados y que funcionan.

Porque sería una pena que, aun y tener las ganas de vivir una experiencia así, te quedaras sin hacerlo por no saber cómo encontrar el proyecto que mejor se adapte a ti y en el que puedas dar lo mejor de ti mism@.

Vamos a ello. Pero desde ya, te aviso de que puede que cuando termines de leer este post no haya marcha atrás y te encuentres organizando tu próximo viaje solidario 😉

Prospección personal para encontrar un voluntariado

1. Clarifica tus motivaciones y expectativas

 

No, lo primero que debes hacer no es acampar durante horas delante del ordenador buscando a lo loco.

Antes de eso, es súper importante que reflexiones y tomes algunas decisiones que guiarán y limitarán tu búsqueda. No te precipites y respóndete algunas preguntas antes de empezar.

Tan importante es toda esta fase previa como la búsqueda en sí misma. Escúchate y, sobre todo, sé muy honest@ contigo mism@. Sólo así estarás acercándote a tu voluntariado de éxito. Al contrario, estarás jugando a una ruleta rusa que, con  suerte, puede salir bien, pero que también puede ser un fracaso.

Como en todo, lo primero y principal es asentar una buena base para que la experiencia sea positiva tanto para ti como para el proyecto y la comunidad con los que vas a colaborar.

Para ello, el mejor punto de partida es indagar en tus motivaciones y expectativas. Es decir, que te preguntes el por qué y el para qué del voluntariado:

  • ¿Por qué quieres hacer un voluntariado?
  • ¿Qué buscas en la experiencia solidaria?
  • ¿Qué esperas obtener?
  • ¿Cómo imaginas tu voluntariado?
  • ¿Qué crees que vas a aportar?
  • ¿Cuáles son tus objetivos?

Seguramente debes estar pensando que la respuesta es evidente: quieres ayudar.

Sí, de acuerdo.

Esa voluntad de echar una mano se presupone, así que intenta ir un poco más allá y rascar un poco más profundo.

Pregúntate (y, por favor, respóndete muy sinceramente) acerca de tus motivaciones: ¿por qué quieres hacer un voluntariado?

Obviamente, siempre hay una parte egoísta al embarcarnos en este tipo de experiencias: además de poner nuestro granito de arena y de echar una mano allí donde se necesita, buscamos satisfacción personal, sentirnos útiles y realizados. Es lo más normal del mundo, además de lícito.

El problema llega cuando esas ganas de alimentar nuestro ego son más poderosas que las ganas de hacer algo realmente útil.

Si tú, y no la comunidad con la que colaboras, eres el centro de tu voluntariado, algo falla. Cuando sentirte bien y recibir reconocimiento por la labor que estás haciendo es una prioridad para ti, algo estás haciendo mal.

Y esto no es nada descabellado. Ocurre, y ocurre más a menudo de lo que puedes imaginar.

No hay nada que me ponga de peor humor que ver cómo personas que están colaborando en un proyecto, están más preocupadas en hacerse fotos y en aumentar sus likes y seguidores en las Redes Sociales que en implicarse en su tarea y en dar lo mejor de ell@s mism@s en el proyecto.

¿Te parece una exageración? Te aseguro que no lo es. Aunque afortunadamente la mayoría de personas no tiene este comportamiento, la búsqueda excesiva de reconocimiento y la necesidad de alimentar el propio ego son una realidad.

Mucho más claro lo explica este vídeo:

Si te has sentido identificada con la actitud de la protagonista del vídeo en algún momento, por favor, replantéate la idea de hacer un voluntariado.

Por otro lado, pregúntate acerca de tus expectativas. Y si insisto tanto en esto es porque he visto a muchísimas personas aterrizar en su voluntariado con muchísimas ganas y energía pero sin ningún tipo de foco. ¿Qué ha pasado? En la mayoría de los casos, han terminado bastante frustrados (y han aportado realmente poco).

Es muy habitual que las ganas de colaborar nos puedan y que, inconscientemente nos creemos unas expectativas equivocadas sobre lo que es hacer un voluntariado y sobre el impacto de nuestra colaboración. Quizás suene muy brusco, pero debes tener muy claro que en unas pocas semanas no vas a cambiar el mundo ni vas a dejar una huella profunda a tu paso.

Por eso, para evitar frustraciones, malestar y sentimientos de no estar aportando nada, es fundamental que reflexiones sobre qué esperas del voluntariado y que tengas claras tus expectativas reales. Si es necesario, trabájalas para que sean lo más realistas posible.

El espíritu salvador y unas expectativas demasiado ambiciosas e irreales son algunos de los principales errores que se suelen cometer en el primer voluntariado. Te hablo sobre estos y otros errores del voluntario novato en una guía gratuita que puedes descargar gratuitamente pinchando en este enlace. Te recomiendo que la leas y que adaptes lo que en ella te cuento a tu propio viaje solidario. He tratado de volcar mi experiencia en ese documento y de resumir los errores que debes evitar en tu voluntariado y las claves para convertirlo en una experiencia transformadora y de impacto positivo.

2. Identifica tus habilidades

Cuando recibo mensajes buscando asesoramiento para hacer un voluntariado, leo con bastante frecuencia frases tipo:

No sé hacer nada en especial, pero tengo ganas de ayudar

o

Me adapto a lo que sea, porque no tengo nada especial que aportar

Error.

A las personas que me escriben cosas de ese tipo, siempre les digo lo mismo:

Tod@s, absolutamente tod@s, tenemos algo que aportar: habilidades, destrezas y conocimientos que, adaptados al contexto en el que vayamos a colaborar, pueden ser de gran ayuda para el proyecto y para la comunidad.

Otra cosa es que no te hayas parado nunca a pensarlo o que seas tan modest@ que infravalores y menosprecies tus capacidades. Si es tu caso, te recomiendo que dediques un tiempo a mirar dentro de ti y a explorar tus fortalezas. Sólo de esa manera podrás dar lo mejor de ti e identificar qué tipo de voluntariado es el idóneo para ti.

Si, en cambio, tienes muy claras tus habilidades y puntos fuertes, seguramente puedas prescindir de este paso de prospección y exploración personal.

En cualquier caso, aquí te dejo 3 ejercicios para identificar en qué ámbito puedes ser de más ayuda en base a tus capacidades:

  • Éste es el más rudimentario, pero es igualmente útil. Haz una lista con tus gustos y preferencias y, al lado, escribe en otra lista tus habilidades y aquello que, objetivamente, saber hacer bien (si es necesario, pregunta a terceras personas). Cruza ambas listas, selecciona aquello que aparece en las dos, y… ¡Voilà!

Ya tienes perfectamente identificados los ámbitos en los que puedes ser más útil y dar lo mejor de ti.

Este sencillo ejercicio de 3 columnas te ayudará mucho a elegir el ámbito en el que colaborar. Recuerda:

  1. ¿Qué te gusta hacer?
  2. ¿Qué sabes hacer?
  3. ¿En qué ámbito puedes dar lo mejor de ti?

Y si te apetece profundizar más aún en tus talentos, no dejes de hacer estos dos ejercicios:

1) ¿Cuáles son esas actividades, labores o acciones que cuando las realizas te hacen sentirte tan a gusto que pierdes la noción del tiempo?

2) ¿Qué cosas haces que impresionan a las demás personas y que para ti resultan fáciles de hacer y no suponen grandes esfuerzos?

3) ¿Qué crees que podrías aportar a la sociedad si desarrollases tus talentos innatos?

Para que puedas descubrir cuáles son tus habilidades innatas es importante que te dejes llevar por:

– lo que sientes que te apasiona, que

– te entusiasma y

– te conecta con el momento presente y hace que te olvides de todo lo demás durante esa actividad.

Estos 3 ejercicios te pueden ser de gran ayuda para ponerle nombre a tus capacidades y puntos fuertes, y así poder identificar qué es lo que puedes aportar en tu voluntariado y afrontar tu viaje con seguridad.

Puede ser que estés pensando que esto que te cuento es una tontería y que tienes clarísimo en qué ámbito quieres colaborar.

Pero déjame decirte que no siempre lo que nos gustaría hacer coincide con lo que se nos da bien hacer. Voy a ponerte algunos ejemplos y situaciones, muchas veces exagerados, para que veas a qué me refiero:

  • Te gustaría hacer un voluntariado con peques, pero no eres capaz de pasar más de una hora con tus sobrinos o con los hijos de tu amiga, ¡esos niños te ponen de los nervios!
  • Te encantaría ayudar en la construcción de una nueva escuela, pero tu resistencia física es más bien justita.
  • Te dedicas a la informática y has pensado en ofrecerte para dar clases de informática a un grupo de adolescentes en Kenia, pero no hablas inglés.

Todo esto son caricaturas y exageraciones para que entiendas que es importante alinear las propias capacidades con las preferencias para que todo salga redondo y para que tu paso por un proyecto de cooperación sea realmente útil.

Es muy importante hacer este ejercicio de toma de conciencia de las propias habilidades, capacidades y fortalezas. Primero, por la organización y la comunidad con la que vas a colaborar, para que tu estancia sea lo más útil posible. Y, en segundo lugar, por ti mism@, para evitar frustraciones una vez en terreno.

Tu profesión y tus hobbies, sin duda, te ayudarán muchísimo a definir tus puntos fuertes y tus habilidades y conocimientos.

Cómo encontrar un voluntariado: toma de decisiones previas

3. Decide el ámbito de colaboración

¿En qué ámbito quieres colaborar?

Parece una pregunta simple. Y sí, lo es, si sabes lo que quieres.

De entrada, los ejercicios anteriores, deberían darte grandes pistas a la hora de elegir qué tipo de voluntariado quieres hacer.

Si eres médico o enfermer@, seguramente te decantes por un voluntariado sanitario; mientras que si eres maestr@, quizás te apetezca dar clases en la escuela de algún proyecto. Pero esa asociación casi natural entre la actividad profesional y la actividad a desempeñar en el voluntariado, no siempre se da ni tiene por qué darse. Muchas personas deciden hacer un voluntariado que no tenga nada que ver con su profesión para oxigenarse y desconectar de su día a día. En este caso, los hobbies y habilidades extraprofesionales deben de ser tu guía para elegir el ámbito de colaboración.

Sea como sea, antes de seguir esta ruta destino a tu voluntariado, debes empezar a tomar decisiones que vaya aproximándote a tu proyecto ideal. La primera: en qué ámbito quieres colaborar. Como sabes, hay muchas opciones:

El ámbito social parece ser el cajón desastre donde todo cabe y todo se vuelve homogéneo.

Pero no es así. Dentro del ámbito social, hay infinidad de ámbitos en los que puedes colaborar durante tu voluntariado: infancia, mujeres y temas relacionados con el empoderamiento y la igualdad de género, educación de adultos, personas de la tercera edad, jóvenes en riesgo de exclusión social…

Si bien es cierto que la infancia es el ámbito de colaboración estrella y el eje de la intervención de muchísimas organizaciones (no en vano, los más pequeños,  especialmente las niñas, son el colectivo más vulnerable y necesitado de ayuda), hay otros grupos de población que centran el trabajo de algunas organizaciones: las mujeres, como colectivo igualmente vulnerable, son las protagonistas de cada vez más proyectos de cooperación, por ejemplo.

Por otro lado, fuera de lo  social hay también muchísimas opciones: voluntariado medioambiental, voluntariado relacionado con la construcción de infraestructuras (pozos, edificios, suministro de agua…), voluntariado sanitario, voluntariado relacionado con tareas de logística e intendencia o con labores de social media de un proyecto…

Como ves, las opciones son muchas y muy variadas. Ante este amplio abanico, ¿cómo elegir?

Con todo el trabajo previo que has hecho, seguramente ya tienes perfectamente identificadas tus preferencias, ¿verdad? Lo más probable es que, de manera natural, ya tengas claro qué tipo de voluntariado se ajusta mejor a ti.

4. Define tu presupuesto aproximado

Ahora toca hablar de dinero. Ese tema tabú en el mundo del voluntariado.

Porque sí, aunque te extrañe, hacer un voluntariado no es gratis (y tiene una explicación). Colaborar con un proyecto de cooperación comporta un desembolso económico, que varía muchísimo de un proyecto a otro. Existen muchas fórmulas:

  • Proyectos que se hacen cargo de tus gastos de comida y alojamiento, pero que no cubren el transporte ni otros gastos (visados, vacunas…).
  • Organizaciones que piden una cantidad diaria o semanal simbólica que incluye alojamiento; otras incrementan esta cantidad e incluyen también la comida y algún tipo de seguro.
  • Proyectos que establecen una cuota de participación mayor que, además de los gastos de alojamiento y manutención, incluye una donación a la ONG destinada a hacer sostenible el proyecto.

Como ves, deberás buscar la fórmula que se ajuste mejor a tus necesidades, siempre teniendo en cuenta los gastos derivados de un viaje de este tipo:

Como mínimo, deberás asumir el coste del vuelo, las vacunas, el seguro, el visado, y otros gastos personales durante la estancia. A partir de ahí, y según las condiciones de la ONG con la que vayas a colaborar, deberás añadir el coste del alojamiento y las comidas y una posible cuota con donación al proyecto.

Haz números y establece el dinero aproximamdo que puedes destinar a tu viaje de voluntariado.

Es importante que hagas esto antes de decidir destino y proyecto, ya que si no puedes llevarte algún chasco cuando veas que ese proyecto que te ha enamorado se escapa de tu presupuesto o que el precio de el vuelo a esa zona recóndita de Sudáfrica que te gustaría visitar es inasumible.

Por mi experiencia, y después de atender diferentes consultas en las que me pedían encontrar un voluntariado sin costes o con costes mínimos, puedo decirte que buena parte de los proyectos que trabajan en Latinoamérica cubren los gastos de alojamiento y comida de sus voluntari@s (por el contrario, los vuelos a esta zona suelen ser más caros que los vuelos a otros continentes).

Establece una cifra aproximada, y sigue avanzando en la búsqueda de tu voluntariado ideal. Si es posible, ya la reajustarás y aumentarás o disminuirás después.

5. Cuándo y dónde: elige destino y fechas

En cuanto a las fechas, es posible que tengas gran disponibilidad y flexibilidad o que, por el contrario, dispongas de un período de tiempo ajustado e inamovible. Sea cual sea tu opción, es importante definirla y tenerla clara antes de empezar a buscar proyectos, ya que las organizaciones también tienen sus requisitos en este sentido.

Algunos proyectos abren sus programas de voluntariado sólo durante unos meses del año. Otros, establecen un período de colaboración mínimo. Algunos, son totalmente flexibles, mientras que otros establecen fechas de entrada y de salida fijas.

Una vez sepas más o menos cuando puedes viajar, toca concretar dónde vas a hacerlo.

Es probable que, aunque no te hayas parado a meditarlo conscientemente, ya tengas muy claro desde el principio dónde quieres hacer tu voluntariado. Al fin y al cabo, se trata de un viaje. Y cuando pensamos en viajar, irremediablemente pensamos en un destino.

Puede ser que tengas muy claro el país en el que quieres colaborar, o quizás no hayas concretado tanto y tengas en mente un continente o una zona geográfica más o menos amplia.

En mi opinión, indagar en un grupo de 3 ó 4 países y no ceñirse a un único país es la opción ideal. En primer lugar, porque si estás especialmente obsesionad@ con un país, tus opciones de voluntariado se reducirán considerablemente (a no ser que sea un país como Tanzania, por ejemplo, donde hay infinidad de proyectos con los que colaborar). Y, en segundo lugar, porque esto también puede aumentar los costes de tu viaje de voluntariado de una manera importante (en caso de que te estés centrando en un país cuyo vuelo y nivel de vida es elevado, es probable que el coste del voluntariado sea también alto).

Ahora ya sí, después de todos estos pasos previos taaaaaaan importantes, ha llegado el momento de ponerte manos a la obra y de empezar la búsqueda activa de tu voluntariado.

Búsqueda de tu voluntariado

6. Busca proyectos de voluntariado

Ahora que ya has decidido en qué ámbito quieres colaborar, cuánto dinero vas a gastar, y el país o zona geográfica a la que quieres viajar, llega el momento clave: buscar el proyecto que se ajuste a tu perfil y a aquello que buscas.

Gracias a todo el trabajo que has hecho ya, encontrar un voluntariado que se adapte a ti no será complicado.

Ya has delimitado tus necesidades y preferencias, lo que sería como hacer una búsqueda con filtros, poniendo atención sólo a aquello que se ajuste a tus necesidades. Te darás cuenta enseguida que no haberte lanzado de cabeza a buscar sin criterio ni filtro ha merecido la pena.

Pero, ¿dónde encontrar un voluntariado?

La respuesta es la misma que si me preguntaras cómo buscar un restaurante para ir a cenar o un vuelo para ir a Sebastopol.

Internet.

Bien puedes buscar directamente los proyectos en Google y navegar por las webs de las diferentes ONGs, o bien puedes entrar en plataformas de búsqueda de voluntariado o en empresas que organizan viajes solidarios. Esto dependerá de si quieres ser tú quien gestione en primera persona tu experiencia o prefieres delegar y que alguien la organice por ti.

Te recomiendo que tengas muy en cuenta, la web de la Fundación Lealtad, ya que se trata de una entidad que acredita la transparencia y las buenas prácticas de las ONGs y que ofrece información independiente y gratuita. ¡Ojo! Que una organización no esté acreditada por esta Fundación, no supone ni mucho menos que no sea fiable; pero, si lo está, puedes confiar en ella sin problema.

En este punto, no voy a contarte nada que no sepas: vivimos en una época de auge tecnológico en la que tenemos acceso a una cantidad abrumadora, casi inacabable, de información, sólo tocando unas teclas. Es increíble lo accesible que es cualquier tipo de dato que busquemos.

Pero, como todo, eso es un arma de doble filo. Aunque lo que nos ofrece Internet es infinitamente más positivo que negativo (estar a un clic de millones de resultados de búsquedas en sólo unos segundos es fantástico), esa avalancha de información puede jugarnos alguna mala pasada.

¿Quién no ha cerrado el buscador después de buscar “voluntariado en ……” o “voluntariado gratis” y ver aparecer 864125798563323 resultados para la búsqueda? (aunque seguramente sean muchos menos porque tu búsqueda está ya muy filtrada y acotada por tus preferencias 😉

No te sientas mal si tú también has abandonado la búsqueda antes de empezar. No es nada raro: la sobreinformación, lejos de ayudar, a menudo dificulta la tarea.

Y si eres de los valientes que no se ha acobardado ante semejante bomba de datos, seguramente las dudas hayan llegado una vez has empezado a clicar páginas y a acumular pestañas abiertas en tu buscador: ¿será fiable esta ong? ¿debería confiar en una organización que no conozco?

No voy muy desencaminada, ¿verdad?

No te preocupes, es lo más normal del mundo, y somos much@s l@s que hemos pasado por ahí.

Para evitar que la sobreinformación te gane la batalla, mi consejo es que no tengas prisa por tomar una decisión y que inviertas todo el tiempo que necesites en navegar por las webs de los proyectos que te interesen.

De cara a filtrar toda la información que encontrarás, piensa de qué manera te es más práctico clasificarla. Mi recomendación es que uses una tabla de Excel y que recojas en ella todos los datos relevantes para, posteriormente, hacer una comparativa y tomar la mejor decisión.

¿Qué datos debes incluir en la hoja de cálculo? Todo aquello que para ti sea importante, pero como mínimo debes recoger: nombre del proyecto, precio del voluntariado, fechas de colaboración disponibles, datos de contacto y los requisitos que la organización pida a sus  voluntari@s (edad mínima, idiomas, currículum, experiencia previa…).

Mi consejo: yo, de entrada, descartaría aquellos proyectos que tengan cuotas desorbitadas. ¿Cómo saber que el precio es excesivo? Los precios que la organización establezca en concepto de alojamiento y comida, deben de ser acordes al nivel de vida de un país. Por ejemplo, 50€ por día para cubrir tus gastos de manutención y alojamiento en Perú es totalmente inaceptable, ya que ni de lejos corresponde con el precio de la vida en ese país.

Sobre los proyectos que incluyen una donación en la cuota de participación de voluntariado, investiga a qué se destina e intenta asegurarte de que realmente es un dinero que revierte positivamente en la comunidad con  la que el proyecto trabaja. Esto deberías poder encontrarlo en la web de la organización, que debería ser transparente y publicar sus cuentas auditadas (en su defecto, la ONG debería facilitarte esta información)

Sé que es un trabajo laborioso y pesado. Pero piensa que estás estableciendo una base muy sólida para que la elección de tu voluntariado sea consciente, coherente y, sobre todo, exitosa y positiva.

Cuando termines con esta fase, verás que ha merecido la pena. Tendrás frente a ti, bien organizada y clasificada, una gran cantidad de información valiosa para encontrar un voluntariado que se ajuste a ti y a tus necesidades. Te aseguro que esto disminuye muchísimo el margen de error: no quedarán cabos sueltos y será muy difícil que tomes una decisión equivocada después de haber hecho un análisis tan exhaustivo de todas las opciones disponibles.

Te recomiendo mucho que leas las opiniones de estos 7 expertos en viajes solidarios. Seguro que te ayudan mucho en ese punto.

7. Contacta con todas las organizaciones que hayas seleccionado

¡Por experiencia sé que este es un momento de subidón total!

Ha llegado el momento de dar la cara y de mostrar tu interés a los diferentes proyectos que has seleccionado.

Te toca enfrentarte a la pantalla y redactar un e-mail que enviarás a las ONGs que has seleccionado. ¿Qué escribir? ¿Qué tono adoptar? ¿Es necesario incluir una carta de motivación?

Relájate, respira y sé tú mism@.

En las webs de muchas organizaciones encontrarás un formulario de contacto con algunas preguntas que guiarán tu mensaje; en cambio, con otras deberás contactar mediante correo electrónico.

Pues va, ponte frente a las teclas y preséntate, explica el motivo de tu e-mail y por qué estás interesad@ en hacer un voluntariado con esa organización. Incluye también las fechas en las que querrías colaborar y qué tipo de trabajo te gustaría desempeñar. Y, ya que estás, escribe un poco sobre ti y sobre qué puedes ofrecer y aportar. ¿Recuerdas esa lista de habilidades y talentos? Es el momento de sacarla del cajón y plasmar en tu mensaje tus puntos fuertes como voluntari@.

Recuerda: en muchos proyectos hay plazas limitadas y, a no ser que el criterio sea el orden de recepción de las solicitudes, debes asegurarte de que una es para ti. ¿Cómo? Poniendo sobre la mesa tus capacidades y tu valía como voluntari@.

Una vez más, esta primera toma de contacto depende mucho de cada proyecto y de cada organización: algunas te pedirán el currículum y una carta de motivación, otras simplemente un e-mail, otras que rellenes un formulario de contacto básico, algunas te exgirán que  pases un proceso formativo y de selección más exhaustivo…

Mi consejo: un e-mail o un mensaje más personalizado nunca está de más, todo lo contrario, ya que muestra tu interés por colaborar y formar parte de la red de voluntari@s de ese proyecto.

La suerte está echada, ahora sólo queda esperar que los mensajes de respuesta vayan llegando a tu buzón de correo.

8. Busca opiniones de otras personas

 

Mientras la impaciencia te devora y consultas el correo cada media hora para ver si ha llegado algún e-mail en respuesta a tus solicitudes 😉 , puedes seguir afinando un poquito más la información que has encontrado.

Aprovecha el tiempo de espera para ir un poco más allá de la información “oficial” que has recopilado y busca opiniones de personas que hayan hecho un voluntariado en los proyectos con los que has contactado.

Por supuesto, muchos de estos testimonios estarán en las propias webs de las organizaciones, aunque obviamente serán opiniones positivas. Busca en foros y en redes sociales, seguro que encuentras lo que buscas. Si se trata de proyectos serios y fiables, no te será difícil dar con la opinión de ex -voluntari@s que, muy probablemente, cuenten lo maravillosa que fue su experiencia y recomienden sin reservas hacer un voluntariado con esas ONGs.

Además, si en tu entorno hay alguien que ha hecho un voluntariado o que está vinculado a este mundo, pídele referencias de su experiencia y ten muy en cuenta sus sugerencias. El boca a boca es, como en casi todo, una fuente de información muy valiosa.

Para mí, este paso es fundamental. ¿Acaso no hacemos lo mismo en muchas otras actividades de nuestra vida? Tod@s buscamos recomendaciones de restaurantes, damos importancia a las puntuaciones de un hotel, o preguntamos a la vecina a qué gimnasio se ha apuntado.

Encontrar alguna opinión negativa de alguno de los proyectos a los que has contactado no significa que tengas que eliminarlo directamente de tu lista. Espera su respuesta e investiga más a fondo sobre esa organización, para ver si se trata de una opinión aislada de alguien que no encajó en ese proyecto (no olvides que no todos tenemos las mismas necesidades) o si todas las referencias que encuentras siguen esa misma línea (aunque sería muy extraño que esto sucediera).

9. Resuelve todas tus dudas

Estoy segura de que desde que contactaste con los proyectos, te han surgido un montón de dudas y que has pensado eso de: “tendría que haber…..”, “no sé cómo se me pudo olvidar preguntar acerca de…..”.

No te preocupes.

A estas alturas, las respuestas de las organizaciones deberían haber ido llegando (¡no seas impaciente! Si aún no lo han hecho, date un poco más de tiempo). Es el momento de responder esos mensajes planteando todas las dudas que te han surgido durante este tiempo.

A veces, por no sentir que somos demasiado insistentes, nos quedamos con inquietudes, miedos y preguntas por resolver. No queremos molestar, ni tampoco que parezca que estamos más perdidos de la cuenta, y entonces optamos por no preguntar y dar por supuestas ciertas cosas.

Si esa es tu opción, luego no vale quejarse 😉

No tengas miedo ni vergüenza de contactar con las organizaciones todas las veces que necesites. Es normal que hayan quedado cabos sueltos y lo lógico es que quieras atarlos antes de tomar una decisión en firme.

10. Elige tu proyecto

¡Por fin ha llegado el momento!

Dispones de una buena cantidad de información de mucha calidad sobre los proyectos que te interesan. Ahora te toca elegir.

Si has seguido todos estos pasos, es muy probable que hayas ido eligiendo de manera inconsciente: seguramente, ya hayas descartado de manera natural algunas organizaciones y tengas un par de preferencias claras.

Pon en una balanza todos los datos que tienes, escoge tu proyecto y contacta con él para formalizar tu solicitud.

Mi consejo: es vital que el proyecto que elijas te enamore y te apasione. Además de por la información objetiva, guíate también por tus sensaciones. ¡No subestimes el poder del feeling!

Espero que hayas vivido todo este proceso con ilusión, porque esta fase de búsqueda forma parte, de alguna manera, de tu voluntariado. Así que disfrútala y vívela con entusiasmo; ya has dado los primeros pasos firmes hacia una experiencia maravillosa que te marcará para siempre. A partir de aquí, sólo te queda disfrutar de los preparativos y esperar que llegue el gran día.

¿Qué hacer si no tienes tiempo de encontrar un voluntariado tú misma?

Si has leído esta hoja de ruta para encontrar un voluntariado (¡tu voluntariado!) y no estás dando saltos de alegría porque, por fin, ya sabes qué pasos seguir para estar más cerca de tu sueño, puede ser que:

  • No dispongas de las horas suficientes para realizar una búsqueda tan exhaustiva
  • Te dé una pereza tremenda ponerte a hacer un proceso tan largo y laborioso
  • Sigas sintiéndote perdid@ ante tanta información

No te preocupes, que hay soluciones para todo J

Si algo he aprendido desde que me he convertido en emprendedora on-line, es la importancia de delegar y de invertir: cuando tuve que crear esta web, no tenía los conocimientos ni el tiempo para hacer algo medianamente profesional, así que contraté los servicios de una diseñadora web fantástica; cuando tuve qué elegir con qué herramientas trabajar, elegí las mejores porque quería dar el mejor servicio, y eso me supuso un desembolso económico importante; y así un largo etcétera.

Vaya, nada tan alejado de lo que hacemos en muchas áreas de nuestra vida cotidiana, llena de intercambios comerciales y servicios que suplen nuestras limitaciones (sean del tipo que sean).

¿Qué te parece si…?

  • Hago una búsqueda exhaustiva de proyectos en base a tu perfil y a tus preferencias
  • Trabajamos junt@s tus miedos, tus expectativas, tus motivaciones…, respecto al voluntariado
  • Te acompaño en todo el proceso de búsqueda de tu voluntariado ideal

¡A mí me encantaría!

Si, por la razón que sea, no puedes hacer tú mism@ todo este proceso, pero sigues soñando con hacer un viaje diferente que cambie tu vida y la de otras personas y si sigue resonando en ti la idea de poner un granito de arena por un mundo mejor, tengo lo que necesitas.

¿Qué tienes que hacer? Contacta conmigo y nos pondremos rápidamente manos a la obra para encontrar esa experiencia transformadora y única que cambiará tu visión del mundo y de ti mism@.

Desde mi experiencia y la de muchísimos voluntarios con los que me he cruzado y compartido vivencias, te aseguro que hacer un voluntariado es la mejor manera de viajar y de conocer otras realidades desde dentro, a la vez que te conviertes en un agente de cambio y transformación.

Espero que este artículo te haya gustado y, sobre todo, que te parezca útil. Pero si has llegado hasta aquí y sigues teniendo dudas, o si simplemente te apetece contarme qué te ha parecido este post, deja un comentario y cuéntamelo todo.

Y si aún no formas parte de esta comunidad de viajeros solidarios pero quieres ser el primero en enterarte de todo lo que se cuece por aquí, suscríbete totalmente gratis a mi newsletter. 🙂

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30 comentarios en «Súper tutorial: cómo encontrar un voluntariado en 10 pasos»

  1. Hola. Me ha encantado tu post porque desde siempre he querido ser voluntaria pero nunca sabía como se tenía que hacer o como debía encontrar un voluntariado. Lo tendré todo muy en cuenta para llevarlo a cabo. Gracias.

    Responder
    • Hola María,

      me alegra muchísimo que te haya parecido útil y que el post haya resonado en ti. Si cuando llegue tu momento de hacer el voluntariado necesitas ayuda, no dudes en escribirme 🙂

      Un abrazo!

      Responder
  2. Has escrito un super tutorial completísimo y muy detallado sobre cómo escoger un voluntariado. Me encantan todos tus trucos que facilitan muchísimo la toma de decisión de alguien que quiera hacer un voluntariado. Gracias por compartirlo.

    Responder
  3. Siempre he querido hacer voluntariado, aunque nunca me he dedicado a la tarea de buscar formalmente, creo que no ha sido el momento aun, pero espero pronto poder hacerlo. Tendré esto en cuanta cuando llegue el momento.

    Responder
    • Hola Casandra,

      gracias por tu comentario y disculpa el retraso en la respuesta.
      Cuando llegue el momento de hacer tu voluntariado, lo sabrás. Y si es una idea que resuena en ti, no tengo ninguna duda de que tarde o temprano llegará el momento.
      Espero que siguiendo estos pasos encuentres un voluntariado que se ajuste a sus intereses y que vivas una experiencia fantástica, ¡ya me contarás! 😉

      Un abrazo!

      Responder
  4. Yo que pensaba que hacer un voluntariado era como querer hacerlo y listo, y resulta que no es tan simple, ni pensarlo y mucho menos, desde luego, encontrarlo así como así. Porque esa es otra, como crees que puedes ayudar a muchos, también crees que es fácil encontrar el lugar o la organización a la que ayudar, pero es más complicado todo. Así que estupendo que nos ayudes con estas ideas, para que poner los pies en la tierra no sea un plan que solamente hagamos por hacer cuando planeamos estas cosas, sino que de verdad lo hagamos con conciencia 🙂

    Súper guapa, una guía muy completa 🙂

    Responder
    • Hola Diana,

      muchas gracias por tu comentario y disculpa por el retraso en la respuesta. Llevo un par de meses complicados y se me han acumulado los comentarios por responder…

      Me alegro mucho de que el post te parezca útil. Como tú dices, la mayoría de la gente piensa que hacer un voluntariado (sobre todo, encontrarlo), es tarea fácil y que basta con querer hacerlo. Y no quiero decir que no sea posible, sino que corremos el riesgo de que una búsqueda rápida y poco consciente nos lleve a experiencias de voluntariado nada positivas…

      Un fuerte abrazo guapa!

      Responder
  5. Muy interesante e informativo este post. Creo que defintivamente será de muchísima utilidad para quienes en estos momentos en particular tengan que decidir por cual voluntariado elegir. Muy importante, como bien lo dices. No estan solos y despues de tomar en cuanta cada una de las variables, considerar que no estan solos y pueden apoyarse para la decisión.

    Responder
  6. Si hubiera leído tu post en otra época de mi vida quizás me hubiera lanzado de cabeza sin embargo ahora con un bebé de 10 meses lo veo imposible pero es un post súper completo y muy bien editado

    Responder
    • ¡Hola Carol!

      ¿Quién sabe más adelante? Ahora tu bebé es muy pequeño, pero en unos años podréis vivir una experiencia maravillosa juntos. ¡El voluntariado en familia es una experiencia muy enriquecedora y llena de aprendizajes!

      Un abrazo y gracias por pasar por aquí

      Responder
  7. Hola Marta, lo que has escrito no es un supertutorial, es un megatutorial. Contiene gran cantidad de información valiosa que ayudará a muchas personas a decidir si un voluntariado es lo que de verdad necesitan. Además, das el paso a paso detallado y muy completo, más no se puede pedir .

    Me encanta cuando dices que todos tenemos algo que aportar. Es así aunque a veces cueste darse cuenta. Puedes tenerlo delante de las narices y como es algo que hacemos bien sin esforzarnos, no le damos la importancia que tiene y se merece.

    Responder
    • Hola Sònia,

      ¡gracias por tus palabras, me dan muuuucha energía y motivación! 🙂 Ojalá tengas razón y ayude a muchas personas a decidirse por hacer un voluntariado y a encontrar el proyecto que mejor encaje con ellas.
      Tienes toda la razón: a menudo menospreciamos nuestras habilidades y nuestras cualidades, y nos olvidamos que son valiosísimas!

      ¡Un abrazo!

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  8. Hola!

    Me ha encantado el post, sin duda ideal, podría haberlo encontrado hace años, cuando hice un voluntariado en África, aunque tenía clarísimo el ámbito de colaboración, por mi profesión, muchos otros puntos no los tenía demasiado claros, fue una experiencia única que repetiría sin pensarlo, eso si, cambiando de organización y preparando un proyecto más mío.

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    • Hola, ¡qué bien que te haya gustado!
      Como tú, a mí me hubiera gustado haber tenido alguna guía u orientación cuando hice mi voluntariado. Fue una experiencia buenísima, pero aún así me hubiera sido muy útil hacer una búsqueda más consciente.
      Sobre lo que comentas de preparar un proyecto más tuyo, siempre digo que es buenísimo tener iniciativa y proponer actividades e intervenciones que estén alineadas con los objetivos de la organización.

      Un abrazo y gracias por pasar por aquí!

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  9. Ooh que hermoso post! La verdad es que hacer un voluntariado te llena el alma! Yo siempre he realizado alguno, y lo recomiendo ampliamente. Las experiencias y los aprendizajes son inigualables!
    Gracias por un post tan inspirador!

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    • Hola Nai!

      Totalmente cierto! Hacer un voluntariado es una experiencia transformadora y de crecimiento personal. Genial que tú también estés implicada en causas solidarias.

      ¡Muchas gracias por tu comentario! Un abrazo!

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  10. Hola, Marta:
    ¡Qué guía tan completa! Me han encantado los primeros puntos: aclarar tus motivaciones y expectativas e identificar tus habilidades. Si no, como dices acabas buceando por internet horas y horas sin ton ni son. El tema del presupuesto también es muy importante para evitar un aprieto. Un post muy recomendable para cualquiera que se esté planteando hacer un voluntariado.

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    • ¡Hola Dorit!

      Como dices, es fundamental hacer un buen trabajo previo para asentar una base sólida sobre la que construir una experiencia tan maravillosa como es hacer un voluntariado. A veces, las ganas y la emoción por hacer un viaje así son demasiado fuertes y nos tiramos a la piscina, a lo loco y sin salva vidas. Error!

      Me alegro mucho de que te haya gustado la guía. Un fuerte abrazo y gracias!

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    • Muchísimas gracias, Francisca, tanto por tu comentario como por ayudarme en la difusión.

      La verdad es que a mí me hubiera encantado tener una guía de este tipo cuando decidí hacer un voluntariado, hubiera sido más fácil! Así que tenía claro desde hace tiempo que tenía que escribirla algo así para ayudar a futur@s voluntari@s.
      Me alegra mucho saber que te parece útil, mil gracias!!

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  11. Toda persona que quiera hacer un voluntariado debería leerte. A veces nos quedamos con la parte más bucólica y aventurera, y muchos se llevan un chasco al enfrentarse a la realidad. Hay que conocerse bien y conocer lo que hay antes de decidir. Es genial que difundas todo esto y ayudes a la gente. Para ayudar, sobre todo en otros países, hay primero que ayudarse a uno mismo. Gracias

    Responder
    • Hola Pilar,

      muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado el post y, sobre todo, que creas que es útil.
      Estoy totalmente de acuerdo contigo: para que el voluntariado sea una experiencia positiva (no sólo para una misma, sino para las personas con las que se va a colaborar), es necesario tener plena consciencia de uno mismo y de la realidad a la que nos va a tocar enfrentarnos. En caso contrario, llegarán la decepción y la frustración.

      Un fuerte abrazo!

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