¿De verdad tengo que pagar por ayudar?
Es una de las preguntas más repetidas en esto del voluntariado.
Y es que asumimos que regalamos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en pro de una buena causa como nuestra pequeña aportación para un mundo mejor, pero nos sorprende que además tengamos que pagar por ello.
Seguro que alguna vez te has planteado este tema y te has cuestionado hasta qué punto tienes que pagar por ayudar y por qué no encuentras ningún voluntariado gratis por más que lo busques.
Y claro, enseguida surgen la desconfianza y los miedos, lógicos por un lado, pero que pueden paralizarte a la hora de decidirte a hacer o no un voluntariado.
Todo tiene una razón de ser, y los voluntariados de pago no son una excepción, así que hoy voy a contarte por qué tienes que pagar por colaborar con una ONG.
Tabla de contenidos
El coste de un voluntariado
Si alguna vez te has planteado seriamente hacer un voluntariado y has investigado un poco las condiciones que la mayor parte de ONGs ponen a las personas que quieren colaborar, sabrás que en casi el 100% de los casos hay que hacer un desembolso económico (mayor o menor según el caso).
Prácticamente siempre, los gastos derivados de la estancia corren a cuenta del voluntario (únicamente las grandes organizaciones o las que reciben voluntarios por períodos largos suelen cubrir este tipo de gastos). Es decir, tú te haces cargo de tu vuelo, de tus vacunas y de tu visado (en caso de que sea necesario en el país al que viajas), pero también debes asumir otros gastos relacionados con el alojamiento y la manutención durante el voluntariado.
En este punto, cada organización es un mundo, ya que las cuotas cambian muchísimo de un proyecto a otro.
Algunas ONGs piden una cantidad diaria o semanal simbólica que incluye únicamente el alojamiento, otras incrementan esta cantidad e incluyen también la comida, y en algunos casos también incluyen algún tipo de seguro u otros servicios.
Otras, en cambio, establecen una cuota mayor que, además de los gastos de alojamiento y manutención, incluye una donación a la ONG. Es decir, una parte de la aportación del voluntario está destinada a hacer sostenible el proyecto.
Como ves, existen muchas fórmulas. En el post 50 proyectos sociales para hacer un voluntariado en África tienes muchísimos ejemplos de esto.
Pero vamos al quid del asunto.
¿Por qué se abonan estas cantidades?
¿Por qué el voluntariado gratis no existe?
La mayoría de organizaciones que llevan a cabo proyectos de cooperación en los países del sur son entidades pequeñas que no cuentan con un gran número de socios ni con subvenciones públicas ni donaciones de grandes empresas. Se trata, casi siempre, de entidades sin fuentes de ingresos potentes ni estables que surgen de la iniciativa y la inquietud de personas como tú y como yo que quieren hacer algo por un mundo mejor.
El voluntariado cobra gran importancia en este tipo de proyectos porque son el motor, las manos y los pies de las organizaciones, que suelen contar con un equipo formado por personas expatriadas y/o personal local en terreno. Habitualmente, estos equipos se quedan cortos y necesitan de más personas para lograr los objetivos del proyecto, pero con la misma frecuencia no es posible para las organizaciones incorporar a más personal remunerado a sus equipos de trabajo.
Y es en este punto cuando nace un intercambio en el que todas las partes ganan: la ONG ofrece al voluntario una oportunidad única de vivir una nueva realidad desde dentro y de integrarse en un proyecto de cooperación para trabajar en pro de unos objetivos que mejorarán la vida de la comunidad con la que se trabaja y, a cambio, el voluntario ofrece su tiempo y su esfuerzo de manera desinteresada y altruista.
La aportación del voluntario sirve entonces, como mínimo, para cubrir sus gastos y para que recibir personas que quieren colaborar no suponga un desembolso económico para las organizaciones. A partir de ahí, el resto de la cuota (si incluye más conceptos aparte del alojamiento y la manutención) es una donación al proyecto.
Con las dificultades que supone conseguir fondos para financiar proyectos de cooperación en los países del sur, muchas organizaciones sustentan una o varias áreas de sus proyectos gracias a las cuotas de los voluntarios. Tu aportación económica se convierte así en el sustento de un proyecto que mejora día a día la calidad de vida de muchas personas más allá de tu voluntariado.
Visto así, la cosa cambia, ¿verdad?
En conclusión…
Resumiendo: con tu participación como voluntario, pones a disposición de la organización y de sus proyectos tu tiempo, tu dedicación y tu esfuerzo durante el tiempo que dura tu estancia. Además, en caso de que en tu cuota de participación se incluya una donación a la ONG, tu colaboración va más allá del voluntariado en sí y se extiende en el tiempo permitiendo hacer sostenible el proyecto (costeando el comedor infantil de una escuelita en Perú durante unos días o cubriendo parte de los gastos de un nuevo taller de capacitación profesional para jóvenes emprendedores en Senegal, por ejemplo).
Al fin y al cabo, si tu dinero se queda en la ONG y beneficia directamente a la comunidad con la que ésta trabaja y con la que tú has convivido directamente durante tu voluntariado, el hecho de tener que hacer una aportación económica además de cubrir tus gastos de alojamiento y comida no debería ser (si dispones del dinero y te lo puedes permitir) un obstáculo insalvable que te alejara de hacer un voluntariado.
Otra cosa, y la más frecuente, es que te preocupe que el dinero no esté bien gestionado y que no llegue realmente a las comunidades con las que trabajan las organizaciones. Pero este es otro tema que se merece un post aparte.
¿Estás de acuerdo entonces en que el principal problema o prejuicio no es tanto pagar sino que tu dinero no sea gestionado correctamente?
Sería una pena que dejaras de hacer un voluntariado si realmente es algo que resuena en ti por tener que pagar una cuota de participación. Dale una vuelta al tema y plantéate cómo las ONGs podrían financiar y tirar adelante sus proyectos si no fuera con la ayuda, de todo de tipo, de los voluntarios que acudimos a echar una mano (ya te adelanto que las subvenciones y las ayudas a la cooperación brillan por su ausencia, especialmente para las organizaciones más pequeñas).
La clave está en que te informes bien sobre el precio del voluntariado y sobre qué incluye exactamente la cuota y, después, que te asesores sobre la organización y sobre la gestión que hace del dinero que recibe de los voluntarios (contacta directamente con la ONG, busca opiniones de antiguos voluntarios, pide asesoramiento a personas involucradas en el mundo del voluntariado…, etc.).
Resuelve tus dudas y, sobre todo, no renuncies a tu inquietud de hacer un voluntariado por la idea preconcebida de que ayudar debería de ser gratis.
¿Qué piensas tú sobre esto? Se trata de un tema muy controvertido y seguro que tú tienes tu opinión al respecto, ¡me encantaría conocerla! Anímate a compartir tus impresiones en los comentarios. 😉
Y si necesitas asesoramiento para encontrar tu voluntariado económico, regístrate gratis y nos ponemos manos a la obra. ¡Te espero!
2 comentarios en «¿Por qué no encuentro un voluntariado gratis?»
Tocaya, me parece un artículo muy interesante y además es algo que me he preguntado durante mucho tiempo. Veo bastante lógico que los voluntarios no tengan que ser un gasto pero además si hay tan pocas ayudas se tienen que sacar ingresos de diferentes lugares y me parece una buena manera, que el voluntario además de trabajo pueda aportar una cantidad al proyecto.
Seguro que escribirás más sobre esto así que estaré muy pendiente.
Un abrazo y sigue así compañera ?
¡Hola Marta! ¡Qué alegría leerte por aquí!
Igual que tú, muchas personas se preguntan por qué tienen que pagar por ayudar y, aunque como en todo hay opiniones y posturas para todos los gustos, tiene una razón de ser. Me alegra mucho haberte aportado un nuevo punto de vista. 😉
Un abrazo grande!