¿Te imaginas cumplir, por fin, tu sueño de hacer un voluntariado y que al final sea un desastre?
¿Cómo te sentirías si, después de lo que te ha costado decidirte, no disfrutas de la experiencia?
O peor aún, ¿te imaginas no tener ni idea de que has sido un voluntario pésimo?
Parece imposible, ¿verdad?
Pues siento decirte que esto que te cuento no es algo tan raro ni excepcional.
No te diré que ocurra cada día, pero sí puedo asegurarte que sucede con más frecuencia de la que puedas imaginar.
Lo peor de todo es que, muchas veces, las personas protagonistas no son conscientes de los errores que están cometiendo errores ni de la huella que dejan tras ellas.
¿El resultado? Ellas vuelven a casa satisfechas y convencidas de haber hecho las cosas bien y de haber sido unos voluntarios modélicos.
¿La otra cara de la moneda? Su voluntariado no ha sido tan maravilloso como creen, no han entendido ni aprendido nada, y han dejado a su paso un mensaje y una imagen nada positivos.
Hay errores que se pagan caros y que pueden convertir tu voluntariado en una experiencia para olvidar, tanto para ti como para la organización y la comunidad con la que has colaborado. Y esto último es muy grave.
Hoy quiero hablarte de los principales errores que se cometen durante un voluntariado, especialmente aquellos que afectan a la ONG y a la comunidad. Porque, lo siento, pero tú no eres el centro de tu voluntariado ?
Tabla de contenidos
- 1 La realidad supera la ficción
- 2 Los 10 errores que debes evitar
- 2.1 #1. Ponerte en el centro de tu voluntariado
- 2.2 #2. Viajar con una capa de superhéroe puesta
- 2.3 #3. No respetar la cultura que te acoge
- 2.4 #4. Tener grandes expectativas
- 2.5 #5. Utilizar el voluntariado como una huida
- 2.6 #6. Juzgar a la organización
- 2.7 #7. Meter tus prejuicios y tu etnocentrismo en la mochila
- 2.8 #8. Vivir tu voluntariado a través de las Redes Sociales
- 2.9 #9. Pensar que el voluntariado son unas vacaciones
- 2.10 #10. Hacer fotos sin permiso
- 3 La clave para evitar estos errores y vivir una experiencia positiva
- 4 Mi regalo para que seas un voluntario TOP
La realidad supera la ficción
Sé que cuesta creerlo, pero hay muchísimas personas que pasan por el mundo del voluntariado con más pena que gloria. Y es una lástima.
Y te cuento esto porque lo he vivido en primerísima persona situaciones en las que he pensado “tierra trágame” y en las que me he preguntado qué narices había llevado a esa persona a hacer un voluntariado.
Puede que ahora mismo estés pensando que soy una exagerada, que seguro que no es para tanto, pero puedo decirte que durante el año que pasé como coordinadora de una ONG en Kenia vi cosas que me pusieron los pelos de punta.
Hoy, sigo viendo grupos de voluntarios llegar todos los meses a Kenia y, lamentablemente, hay errores, perfiles y comportamientos que se repiten.
Es como vivir en el Día de la Marmota, ¿has visto la película?
Lo que te voy a contar ahora son situaciones que he visto y vivido personalmente. Muchas de ellas, quizás no exactamente pero sí en la esencia, se siguen repitiendo.
Podría extenderme mucho y escribir casi un libro contándote las anécdotas y las situaciones desagradables que he vivido con muchos voluntarios que no tenían consciencia de lo que suponía hacer un voluntariado. Pero seré breve y te daré algunos ejemplos rápidos para que te hagas a la idea de a qué me refiero:
- Personas con comentarios y comportamientos racistas.
- Personas con una implicación casi nula pero absolutamente obsesionadas con mostrar una cara solidaria y altruista en Facebook o Instagram.
- Personas reclamando comer carne 3 veces a la semana, aunque los niños con los que colaboran no puedan hacerlo ni una.
- Hombres machistas colaborando en un proyecto de empoderamiento de la mujer.
- Personas enfadadas porque han traído material y regalos que no se van a utilizar durante su estancia.
- Chicas vistiendo mini shorts y escotazo en una isla musulmana.
Podría seguir, pero creo que con esto es suficiente y que entiendes perfectamente lo que quiero transmitirte, ¿verdad?
Para evitar ser la protagonista de situaciones de este tipo, es muy importante que seas muy consciente de los errores que hay detrás de este tipo de actitudes y conductas.
No seas impaciente, que enseguida te los cuento ?
Los 10 errores que debes evitar
Ya hemos llegado al quid de la cuestión: los errores que podrían arruinar tu voluntariado y que no debes cometer si quieres que tu experiencia sea positiva tanto para ti como para la comunidad con la que vas a colaborar.
#1. Ponerte en el centro de tu voluntariado
Si has decidido viajar a miles de kilómetros de tu casa para hacer un voluntariado es porque quieres hacer algo por lo demás.
Por lo tanto, el centro de tu experiencia no eres tú. Tu motor deben ser las personas con las que estás colaborando, y tu energía tiene que ir dirigida a hacer lo mejor posible las tareas que te ha encargado la organización.
Si pierdes esto de vista y te olvidas de quién es realmente el centro de tu voluntariado, caerás en actitudes egocéntricas y estarás mucho más preocupado por ti mismo que por lo que realmente has ido a hacer allí.
#2. Viajar con una capa de superhéroe puesta
Muchas personas tienen en su mente una idea muy poco realista de lo que es hacer un voluntariado (una fantasía más bien). Muchas veces, las ganas de ayudar nos nublan y perdemos la perspectiva.
Es importante que tengas muy claro que no vas a cambiar el mundo con tu voluntariado y que no vas a dejar una huella profunda tras de ti. Así que, para ahorrarte frustraciones, quítate la capa de Superman o de Superwoman y déjala en casa.
El complejo del blanco salvador es uno de los más graves errores que se cometen. Grábate a fuego en tu mente que no vas a salvar el mundo ni vas a cambiar la vida de nadie, sino que vas a formar parte de un proceso de cambio mucho más largo y lento. Mentalízate de que no vas a ver grandes cambios durante tu colaboración (quizás, ninguno), pero recuerda también que con tu pequeño granito de arena estás contribuyendo a algo mucho más grande.
#3. No respetar la cultura que te acoge
Como voluntario serás la imagen de un colectivo y de un proyecto, por lo que ir a contracorriente de las normas y costumbres de la cultura que te acoge significa que la falta de respeto irá mucho más allá de ti mismo y se hará extensible a la organización.
Se trata de pensar en colectivo, asumiendo que eres parte de un proyecto y que no viajas como un turista independiente. No vas a ayudar si no muestras respeto por la cultura y el entorno en el que te encuentras, aunque en ningún caso eso significa que compartas todas las normas y costumbres del lugar.
Prepara tu viaje consciente de cuál es tu destino y pensando en qué puedes hacer para integrarte de la mejor manera posible (esto se traduce en tu vestimenta, tu comportamiento en público, tu manera de relacionarte…). Te aseguro que es posible hacerlo con muchísimo respeto y sin traicionar tus valores e ideología.
En resumidas cuentas: allí donde fueres, haz lo que vieres.
#4. Tener grandes expectativas
Cuantas menos expectativas tengas, mejor.
Esto no quiere decir que no debas esperar nada de tu voluntariado, sino que es mejor que viajes sin esperar una cosa u otra, sin imaginar cómo va a ser. Antes de viajar, pregúntate qué buscas y qué esperas de tu experiencia.
¿Te ha ocurrido alguna vez que te has pasado un largo tiempo esperando algo y luego no ha sido lo que esperabas? ¿O cuando te han hablado tantísimo de una película que es buenísima y, cuando la has visto, no era tanto como creías?
Me refiero justamente a eso.
Rebajar tus expectativas y viajar con la mente abierta a la experiencia que tienes por delante, te ayudará a disfrutar mucho más de ella.
Por un lado, ten en cuenta que cada uno vive su experiencia solidaria de forma diferente, por lo que es un error pensar que la tuya será igual que la de otra persona. Serás fantástica, seguro, pero será la tuya, distinta a la de los demás. Por otro lado, rebaja tus expectativas en cuanto al impacto de tu colaboración: ten muy claro que la huella individual que vas a dejar va a ser mínima e imperceptible y que sólo es importante sumada al trabajo de la ONG y de otros voluntarios.
#5. Utilizar el voluntariado como una huida
Es muy habitual que muchas personas decidan emprender un viaje solidario cuando atraviesan un momento personal delicado. En plena crisis personal, se busca una “salvación”, algo que nos cure. Es una manera de huir y de no enfrentarnos al difícil momento que estamos viviendo. ¡¡Error!!
Si es tu caso, te recomiendo que te hagas una pregunta: ¿realmente quieres implicarte en un voluntariado o lo haces para huir de tus problemas? ¿Estás preparado para ayudar a otros?
Si decides que es tu momento, siéntete ilusionado y fuerte personalmente para emprender una experiencia de este tipo. Si no te sientes así, ahora no es tu momento y es mejor que aplaces tu viaje solidario para más adelante.
Yo misma hice mi primer voluntariado en un momento de crisis personal, pero en ningún caso fue una huida, sino una forma de hacer frente a mis problemas y de darles un manotazo para sacarlos de mi vida.
Lamentablemente, no todo el mundo es capaz de hacer esta reflexión previa: muchas personas se apuntan a hacer un voluntariado para “curarse” y para encontrarse a ellas mismas. La realidad es que, una vez en terreno, acaban pasándolo mal por encontrarse en una situación límite para ellas, no implicándose en el voluntariado, e incluso abandonando el proyecto.
#6. Juzgar a la organización
No es extraño que, al llegar a terreno, las personas no entiendan la forma de trabajar de la organización. Esto se traduce, muchas veces, en crítica gratuita y juicios de valor, sin ningún tipo de reflexión ni de pregunta sobre el por qué se hacen las cosas de una manera y no de otra.
Si esto te ocurre, observa y pregunta para intentar comprender. Y, sobre todo, ten muy claro que detrás de todo lo que ves hay un camino de aciertos y errores que han llevado a los responsables de la organización a optar por una manera de trabajar. Seguramente se hayan planteado antes otras opciones, y muy probablemente también hayan valorado y probado lo que tú propones.
A veces las ganas de ayudar pueden jugarte una mala pasada: no pienses que tienes la solución para todo y que sabes más que la propia organización. Y no lo olvides: todo tiene una razón de ser, no pierdas de vista la trayectoria de la ONG antes de tu llegada. Así evitarás caer en la crítica gratuita ni los juicios de valor sin fundamento. ¡Ojo! Esto no quiere decir que no puedas hacer propuestas ?
#7. Meter tus prejuicios y tu etnocentrismo en la mochila
Muchas personas viajan con la visión de que lo bueno, lo correcto y lo mejor es lo occidental, lo que han vivido en su entorno, y quieren trasladar nuestros hábitos, métodos y maneras de vivir allí a donde van. Y esto es un gravísimo error y una gran falta de respeto.
Hay lugares en los que se come con mano o donde los niños pequeños campan a sus anchas sin vigilancia aparente. ¿Y quién eres tú para juzgar eso? Llega, observa y analiza por qué se hacen las cosas de una determinada manera. Si no lo entiendes, pregúntalo. Seguro que encuentras una respuesta que te haga entender y conocer mucho mejor la cultura y la sociedad en la que te encuentras.
Deja tus prejuicios en casa y no juzgues; simplemente observa, empápate de lo que tienes delante y aprende. Aunque no estés de acuerdo y no compartas algunas de las cosas que veas, tu opción no puede ser nunca dar lecciones desde tu posición de “hombre/mujer occidental”.
#8. Vivir tu voluntariado a través de las Redes Sociales
No pierdas de vista por qué has decidido hacer un voluntariado.
¿Realmente quieres colaborar y aportar tu granito de arena o tu principal motivación es encontrar refuerzo social y que te digan la persona tan buena, maravillosa y solidaria que eres?
Te pregunto esto porque he visto a muchas personas (¡muchísimas!) más preocupadas por colgar fotos en Facebook e Instagram para acumular likes y comentarios, que por trabajar e implicarse en el proyecto.
Vive la experiencia fuera de las Redes Sociales y no la uses para alimentar tu ego.
Este vídeo representa a la perfección el «postureo del voluntario» que debes evitar a toda costa:
#9. Pensar que el voluntariado son unas vacaciones
Que uses tus vacaciones para hacer un voluntariado no quiere decir que el voluntariado sean unas vacaciones.
Si decides colaborar con una ONG y dedicar tu tiempo y tu energía a otras personas, es porque estás decidido a arrimar el hombro y a trabajar. Mentalízate de que vas a tener un horario de trabajo, unas tareas que llevar a cabo y unas responsabilidades y deberes que asumir.
Nada de estar tumbado a la bartola y de hacer sólo lo que te apetece y cuando te apetece (he conocido a bastantes personas que anteponen lo que les apetece a lo que deben hacer). Has adquirido un compromiso, y es una cuestión de responsabilidad personal cumplirlo y llevarlo a cabo. Si querías descansar, te has equivocado de viaje ?
#10. Hacer fotos sin permiso
¿Cómo reaccionarías si, mientras estás paseando por la calle, sentado en la puerta de tu casa o jugando con tu hijo en un parque, alguien se para frente a ti y te hace una foto?
No sé tú, pero a mí no me haría ninguna gracia. De hecho, como persona extranjera he vivido esa situación en mis propias carnes y me he enfadado bastante.
Pues eso es justo lo que hacen muchísimas personas en sus viajes (sean o no de voluntariado): hacer fotos a diestro y siniestro con total libertad y sin pedir permiso ni dar las gracias. Y la verdad es que me parece una falta de respeto absoluta (que muchas veces se hace sin ni siquiera tener consciencia del error).
¿Acaso una foto bonita para el álbum de tus vacaciones vale más que el derecho a la intimidad de otras personas? El anonimato de esas personas no te da derecho a vulnerar su privacidad, así que siempre debes pedir permiso para tomar una foto. Y si te dicen que no, es que no.
La ONG te informará acerca de su política de toma imágenes y fotografías. Si no la tiene, usa el sentido común y no hagas nada que no te gustaría que te hicieran a ti o a tus sobrinos. Esto no debería cambiar ni lo más mínimo cuando salgas de las instalaciones de la organización.
La clave para evitar estos errores y vivir una experiencia positiva
Para hacer un voluntariado (y hacerlo bien), las ganas y el entusiasmo no son suficientes. Si sólo te dejas llevar por las ganas, es posible que acabes cometiendo alguno de los errores que te acabo de comentar.
Como te decía antes, hacer un voluntariado no es irse de vacaciones, es algo mucho más profundo y para lo que hay que prepararse. Es una cuestión de responsabilidad y de compromiso, ¿no crees?
Y esta es justo la clave para vivir un voluntariado de éxito: una buena preparación previa.
Para ello, lo más importante es que busques información clara, útil y práctica sobre voluntariado.
También puede ayudarte hablar con personas que ya han vivido esa experiencia, o que busques asesoramiento profesional para estar segur@ de que emprendes tu viaje 100% preparado.
Sea como sea, si no quieres de ser uno de esos voluntarios que pasa con más pena que gloria y que causa problemas a su paso, es fundamental que tomes consciente de la importancia de prepararte para tu experiencia.
Mi regalo para que seas un voluntario TOP
Lo prometido es deuda.
Mi misión es ayudarte a que vivas un voluntariado realmente positivo, tanto para ti como para la comunidad con la que vas a colaborar.
Para ello, quiero dar un paso más.
Además de hablarte de los errores que no debes cometer, he preparado esta infografía con las 10+2 reglas de oro para vivir un voluntariado internacional de éxito.
¿A que ha quedado bonita?
Me encantaría que te la descargaras (puedes hacerlo aquí) y que, si uno de tus objetivos a corto o medio plazo es hacer un voluntariado, la imprimas y la cuelgues en algún lugar visible. Así nunca perderás de vista cómo puedes convertir tu voluntariado en un de las mejores experiencias de tu vida ?
¡AHORA TE TOCA A TI!
¿Has hecho algún voluntariado y, sin ser consciente, has cometido alguno de estos errores?
Después de leer el post, ¿eres más consciente de la importancia de una buena preparación previa?
¿Cuál de estos errores crees que es más fácil/difícil de evitar?
¡Espero tus opiniones en los comentarios! 😉
4 comentarios en «Los 10 errores que pueden arruinar tu voluntariado y que debes evitar»
Hola, Marta
Estoy haciendo una investigación sobre la experiencia de los voluntarios y me he topado con tu post, que me ha parecido interesante.
Las cosas que mencionas me parecen súper básicas y entiendo perfectamente que haya muchos «voluntarios» que ni por asomo las hayan tenido en cuenta. Aquí entra mi pregunta ¿qué tipo de filtros se hacen para la selección del voluntariado?
Me queda claro que lo que comentas no se lo enseñan a nadie en el colegio y hay muchas personas que quieren hacer voluntariado justamente para su experiencia «Pray, eat, love», o su IG, o sentir que son la civilización salvando vidas, esto es complicado erradicarlo y si se hace, debe ser desde la cultura de origen. Pero ¿qué responsabilidad tienen las organizaciones en llevar/admitir a estas personas y poner en riesgo la seguridad/integridad de quienes viven allá?
Imagino que el voluntariado no abunda y a veces se debe trabajar con lo que se tiene, pero dado que es sólo mi imaginación, me acerco a preguntarte ya que tú eres la experta.
Gracias.
Hola María, yo no soy experta en este tema, ni mucho menos, pero sí que he visto repetidas veces, experiencias arruinadas por estos errores que son evitables.
Creo que hay mucho de verdad en lo que comentas: las organizaciones tienen mucho que decir en cuanto a los perfiles que aceptan, pero también es cierto que trabajar siempre con escasez hace que se acepte muchas veces lo que hay, por el bien y la sostenibilidad del proyecto a corto plazo
Conozco pocas organizaciones que trabajen en terreno que no vayan justas (en el mejor de los casos) de fondos y se tienen que establecer prioridades, más en momentos de crisis como la vivida en los 2 últimos años.
También creo que nosotros como viajeros, debemos hacer autocrítica y potenciar más los viajes (de cualquier tipo) responsables, y más cuando estos tienen un fin social tan claro como es el voluntariado.
¡Gracias por compartir tu reflexión!
Completamente de acuerdo con todo. Es muy importante tener en cuenta estos errores para no cometerlos. El voluntariado es una experiencia muy beneficiosa y sería una pena que se viera arruinada por alguno de estos fallos.
Totalmente, el voluntariado es una gran experiencia, si se prepara y elige correctamente.