No es la primera vez que me lees haciendo referencia al desarrollo personal como parte fundamental de los viajes solidarios y del voluntariado. Hoy quiero ir un paso más allá y centrarme en un aspecto muy específico del desarrollo personal: el autoconocimiento. Esta vez, relacionado con los viajes. Y concretamente con los viajes solidarios, un plan perfecto a medio camino entre un viaje turístico organizado y un voluntariado.
Como siempre, no voy a hablarte de una relación unidireccional, sino todo lo contrario. Viajes y autoconocimiento van de la mano:
Cuando uno decide emprender un viaje, especialmente si se trata de un viaje tan diferente, transformador e intenso como un viaje solidario, necesita tener un cierto nivel de autoconocimiento.
A la vez, hacer un viaje de este tipo nos aboca, irremediablemente, a profundizar en nosotros mismos y a dar un paso de gigante en nuestro autoconocimiento.
Es como la pescadilla que se muerde la cola. Aun así, hoy quiero centrarme especialmente en la segunda parte de este binomio: la relación existente entre viajes y autoconocimiento.
Tabla de contenidos
Por qué un viaje solidario puede descubrirte un nuevo «yo»: mi experiencia
¿Te has preguntado alguna vez qué ocurre si le das un contenido social y más humano a tus viajes?
La respuesta es sencilla: todo lo que te aporta un «viaje tradicional» se multiplica y se vuelve más intenso. Y esto también incide en el autoconocimiento y en la conexión con uno mismo que se da durante un viaje.
De manera resumida, un viaje solidario es un curso acelerado de desarrollo personal y autoconocimiento:
Matar tus prejuicios
Quien diga que no tiene prejuicios, miente.
Sí, así de claro.
Todos tenemos la mente muy abierta y somos muy tolerantes, hasta que determinados temas o realidades aparecen ante nosotros. Entonces, empiezan a aflorar esas ideas preconcebidas que ni éramos conscientes de que teníamos.
En cualquier viaje pueden aparecer momentos que evidencien algunos de esos prejuicios que no sabías que tenías. En un viaje solidario, está garantizado: al tratarse de un viaje en el que el contacto con la población local es tan cercano, es mucho más fácil que puedas descubrir esa parte de ti que desconocías.
Recuerdo perfectamente cuando escuché por primera vez a un grupo de mujeres musulmanas hablar de sexo. Aluciné en colores y me sorprendió muchísimo. Verme envuelta en esa conversación y que me hicieran partícipe de ella me descolocó y me pilló totalmente fuera de juego.
Después, pensando sobre ello, me di cuenta de lo que había ocurrido: tenía un prejuicio, un estereotipo, hacia las mujeres musulmanas. Lo peor es que yo me creía libre de ideas preconcebidas.
Tuve que reírme de mí misma: ¿acaso pensaba que las mujeres musulmanas no hablan de sexo con sus amigas igual que yo lo hago? ¡Qué obtusa y que ridícula me sentí!
No hay mejor medicina contra los prejuicios que viajar: los estereotipos se derrumban y el mundo se hace grande ante nosotros, con toda su riqueza y pluralidad, para hacernos crecer.
Profundizar en tus inquietudes e intereses
A lo largo de nuestra vida y de nuestra trayectoria, nuestros intereses van cambiando. Paralelamente, acumulamos relaciones que no siempre se ajustan con nuestras inquietudes y, a veces, nuestro círculo más cercano no comparte aquello que a nosotros nos mueve.
El hecho de convivir durante el viaje con otras personas con unas motivaciones y una filosofía de viaje similares a las tuyas puede ayudarte a conocer mucho mejor tus intereses (tanto a nivel personal como a nivel profesional). A la vez, el hecho de convivir tan de cerca con otras culturas y con otras realidades, puede abrirte los ojos respecto a qué te gusta y qué quieres hacer (o, al menos, ayudarte a tener muy claro qué es lo que no quieres).
Un viaje solidario puede ser una experiencia muy interesante para profundizar en aquellas motivaciones e intereses que tienes ahí dormidas o que no puedes desarrollar tanto como te gustaría.
En mi caso, me reafirmé en mi interés por la cooperación internacional y descubrí que quería seguir conociendo Kenia más allá de aquel viaje.
Identificar tus fortalezas y nuevas capacidades
¿Por qué asociar autoconocimiento únicamente a aquellos aspectos que queremos mejorar y no centrarnos también en aquello que hacemos bien?
Todos y cada uno de nosotros tenemos un concepto de nosotros mismos, es algo que nos da seguridad y confianza a la hora de afrontar las actividades, tareas y relaciones de nuestro día a día. Seguramente, piensas que tienes muy claro aquello que se te da bien y cuáles son tus capacidades, pero te garantizo que hacer un viaje solidario te obliga a salir de tu zona de confort y a enfrentar nuevas situaciones que sacarán lo mejor de ti.
Solemos ser bastante modestos con aquello que dominamos, parece que nunca somos lo suficiente buenos en algo. Un viaje de este tipo puede ser la oportunidad perfecta para sacar pecho y sentirte orgulloso de ti mismo: aquellas capacidades y habilidades que ya conocías aparecerán mejoradas y en su mejor versión y, por otro lado, surgirán otras nuevas fortalezas que desconocías en ti.
Explorar esas nuevas facetas y ser capaz de reconocer todas nuestras potencialidades y habilidades (las que ya conocíamos y las nuevas), es un ejercicio de autoconocimiento importante que mejorará tu autoestima y la confianza en ti mism@.
Es maravilloso sorprenderte descubriendo facetas que desconocías de ti y que te gustan. En mi caso, durante mi viaje solidario descubrí que soy mucho más flexible y que tengo una mayor capaz de adaptación de lo que creía, y también que soy una persona bastante resolutiva.
Descubrir tus limitaciones
Como te decía antes, las situaciones nuevas que se dan fuera de nuestra zona de confort nos obligan a ponernos de frente a nosotros mismos, de mirarnos hacia adentro sin ningún filtro.
Así, mientras descubrimos facetas nuestras que nos hacen sentir orgullosos, también existe la otra cara de la moneda: nuestras debilidades y limitaciones, nuestros miedos e inseguridades, hacen acto de presencia sin disfraces.
Pero esto no es algo negativo.
De la misma manera que es fantástico identificar nuevas fortalezas y capacidades, es maravilloso descubrir y ponerle cara y nombre a nuestras inseguridades y debilidades. No lo hacemos todo bien, no somos seres perfectos (ni debemos pretender serlo), y es un indicativo de gran madurez ser capaz de destapar esa parte de nosotros mismos que no nos gusta tanto y aceptarla con naturalidad.
Esto, nuevamente, es una oportunidad de autoconocimiento y de desarrollo personal brutal, ya que te permitirá anotar en tu lista mental de “aspectos a mejorar” aquellas facetas de ti que han surgido y que no terminan de agradarte. Desde el momento en que seas consciente de tus limitaciones, serás capaz de trabajarlas y mejorarlas.
Yo sigo en ese proceso de trabajo personal con algunos aspectos que descubrí de mí misma durante mi viaje solidario que no me gustaron demasiado: tengo un sentido del ridículo especialmente acentuado, soy bastante vehemente y tajante a la hora de exponer mis argumentos y mi forma de pensar, y espero de los demás lo mismo que yo ofrezco.
¿Defectos? No. ¿Oportunidades de crecimiento? Todas las del mundo ?
Redefinir tus valores y necesidades reales
Una vez más, la famosa zona de confort.
Y es que enfrentar situaciones totalmente nuevas e impensables para ti, conocer nuevas (y nada fáciles) realidades desde dentro, ser testigo de vidas duras, empaparte de forma de vivir y de mirar el mundo distinta a la tuya… no pueden más que dar un guantazo o, como mínimo un buen zarandeo, a tu escala de valores y a tus necesidades.
Volver a casa habiendo puesto en orden aquellas cosas importantes para ti, teniendo muy claro y distinguiendo qué es lo realmente necesario de aquello accesorio o irrelevante, es un paso de gigante en tu proceso de autoconocimiento. Esto, sin duda, te ayudará a tener una vida mucho más feliz y coherente contigo mismo.
En mi primer viaje solidario a Kenia, descubrí una nueva filosofía de vida (el Hakuna Matata) que me enseñó una nueva manera de vivir y reordenó muchas cosas en mí. Mis valores cambiaron y, con ellos, también lo hicieron mis necesidades. Lo que antes era muy importante pasó a no serlo tanto, y pequeñas cosas a las que antes no les daba importancia cobraron un gran protagonismo en mi vida. Descubrí que quería vivir de otra manera, que iba a perseguir otro estilo de vida mucho más sencillo y que me permitiera ser más libre y conectar con mi esencia para dejarla fluir.
En conclusión: descubrir tu nuevo “yo” y ser más libre
Conocerte a ti mism@, aceptarte y respetarte tal como eres, te llevará a ser mucho más libre.
Ese autodescubrimiento, y la aceptación de tus capacidades y limitaciones, lleva de la mano una existencia mucho más fiel a tus valores. Y no me negarás que vivir en sintonía y coherencia con quien realmente eres, poder ser tú mismo siendo consciente de ello, es sinónimo de libertad y de felicidad.
La clave en la relación entre viajes y autoconocimiento
Como en todo, para que todo esto de lo que te acabo de hablar ocurra, es necesario que quieras que suceda y que estés preparad@ para ello.
El autoconocimiento es un reto para el que nunca se está del todo preparado. Siempre es difícil enfrentarse a los propios miedos, debilidades y puntos débiles; no es tarea fácil aceptar que nuestras inquietudes y motivaciones no son las que nuestro entorno espera; es todo un reto mirarse hacia adentro y aceptarse con naturalidad y con respeto.
Un viaje solidario nos enfrenta a nosotros mismos y nos hace conectar con nuestro “yo” más invisible ¿Asusta? Claro que sí, y mucho, pero a la vez es un trabajo de crecimiento y autoconocimiento personal increíble que te ayudará a vivir de manera mucho más alineada contigo mismo y con plena consciencia de tu ser.
No puedo más que recomendarte que profundices en todo lo que el binomio “viajes y autoconocimiento” puede ofrecerte. Es más, te animo muchísimo a que exprimas ese efecto multiplicador que los viajes solidarios tienen respecto a los viajes tradicionales en el ámbito del autoconocimiento y el desarrollo personal. Descúbrete y conócete mientras viajas de manera solidaria y responsable, una nueva visión del mundo y de ti mismo se abrirá ante ti.
¡AHORA TE TOCA A TI!
Ha llegado el momento de escucharte a ti (mejor dicho, de leerte).
¿Has vivido alguna vez ese efecto multiplicador de los viajes solidarios y de turismo responsable?
¿Has sentido en tus propias carnes todo lo que un viaje te puede aportar a nivel de autoconocimiento y desarrollo personal?
Si es así, ¡me muero de ganas de que lo compartas! 🙂
4 comentarios en «Viajes y autoconocimiento: descubre tu nuevo «yo» en tu viaje solidario»
M’he sentit molt identificada amb tot el que has exposat. «El viatge de l’autoconeixement» és infinit, sempre estem redescobrint-nos i aprenent. I moltes vegades és gràcies als altres, que ens mostren coses de nosaltres que no sabíem. Construïnt, deconstruïnt i qüestionant-nos!
Quan «surts de la famosa zona de comfort» i viatges a un altre país, encares reptes, situacions noves, estímuls i noves informacions on respons d’una determinada manera, prenent consciència sobre qui ets i els valors que et defineixen. Acceptar les llums i les ombres… jeje. I personalment, els viatges socials amb una mirada i una lectura més sociocultural són de gran creixement personal.
Una abraçada!
Hola Sandra, ¡gracias por tus palabras!
Sí, eso es justo una de las cosas que perseguimos con nuestros viajes, que nos cuestionemos, deconstruyamos y nos construyamos nuevamente. Acompañar a nuestros viajeros en este sentido es una de las cosas que más me gustan de mi trabajo.
Muy buen articulo amig@, gracias por el aporte.
¡Me alegro mucho de que te haya gustado el artículo!
Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo! 🙂