Hacer un voluntariado es el sueño de muchas personas. Hace ya casi 4 años también fue el mío.
Lo cumplí, y fue una experiencia tan transformadora que… ¡mírame! He despedido ya dos veces a mis jefes para dedicarme a seguir viviendo esa experiencia y a seguir inmersa en el mundo de los viajes solidarios.
Primero, lo dejé todo para hacer un voluntariado de casi un año de duración como coordinadora de un proyecto en Kenia.
Aquello me atrapó tanto que, por segunda vez, volví a dejar mi vida y mi trabajo en Barcelona para instalarme de nuevo en el cuerno de África. Esta vez, con el propósito de compartir toda mi experiencia y mis conocimientos y de gritar a los cuatro vientos que hacer un voluntariado es de las experiencias más enriquecedoras y transformadoras que se pueden vivir.
Si ya llevas un tiempo por aquí, ya conoces mi historia y no voy a aburrirte contándotela de nuevo.
Si acabas de llegar, ya ves que hacer un voluntariado me cambió la vida de una manera irremediable y sin marcha atrás.
Pero hoy no vengo a hablarte de mí.
Hoy mi objetivo es desmitificar el asesoramiento profesional en el ámbito del voluntariado.
Porque parece que, cuando se trata de lo social – y hacer un voluntariado lo es – no hacen falta expertos. Y esa creencia hay que superarla.
Tabla de contenidos
“¿Ayuda para qué? Si sólo quiero hacer un voluntariado…”
Quizás con otras palabras, pero algo así es lo que pasa por la mente de muchas personas cuando se plantean hacer un voluntariado.
Incluso puede ser que tú misma hayas pensado algo parecido.
No sé por qué, pero cuando se trata del ámbito social o de la esfera más íntima, pedir ayuda profesional cuesta mucho y se ve como algo innecesario:
- Aunque poco a poco está dejando de serlo, ir al psicólogo ha sido siempre un tema tabú
- Los programas formativos para la capacitación en la búsqueda de empleo son políticas relativamente recientes
- Acudir a una terapia de pareja o buscar apoyo profesional en el ámbito afectivo y sexual ha sido considerado como un síntoma de fracaso
En cambio, no dudamos ni un segundo en:
- Contratar los servicios de un asesor financiero o gestor para hacer nuestra declaración de la renta o invertir nuestros ahorros
- Ir al médico, hasta para dolencias mínimas que no lo requieren, o contratar una mutua sanitaria para garantizar que tendremos atención médica inmediata siempre
- Llevar nuestro coche al taller si escuchamos algún ruido extraño
Y hacemos esto porque ni sabemos reparar nuestro vehículo, ni podemos curarnos a nosotros mismos, ni tenemos conocimientos financieros suficientes como para sacar la mejor rentabilidad a nuestro dinero.
O dicho de otra manera: tendemos a buscar siempre la ayuda y el asesoramiento de un experto.
Entendemos y asumimos que invertir en los servicio de un profesional es la mejor manera de lograr nuestros objetivos reduciendo al máximo el riesgo de error o de sorpresa.
Y si todo esto lo vemos tan evidente, ¿por qué no sucede lo mismo cuando se trata de buscar un voluntariado?
La respuesta, para mí, es doble:
- Por un lado, la falsa creencia de que en el ámbito social todos somos igualmente válidos y que no necesitamos apoyo experto
- Por otro lado, el complicado tabú respecto a la relación dinero –voluntariado (pero este tema es tan complejo que da para otro post)
Como ves, buscar asesoramiento y ayuda profesional a la hora de hacer un voluntariado no es una decisión especialmente popular.
Tendemos a pensar que podemos apañarnos muy bien nosotros solos. Y, aunque en muchos casos puede ser así, puede ocurrir totalmente lo contrario. Y entonces llegan las sorpresas desagradables y los malos ratos.
La ilusión y las ganas no son suficientes para hacer un voluntariado
¿Te suena aquello de “con quererse no es suficiente”?
Pues salvando las distancias, esto es un poco lo mismo. Pero vamos a empezar por el principio:
Como tú, yo también sentí la inquietud de hacer un voluntariado internacional.
Y, quizás como tú, me senté frente al ordenador y me desesperé con los miles de resultados y de páginas que aparecieron ante mí cuando tecleé “voluntariado en África” en Google. Me sentí muy perdida, con dudas y sin saber qué proceso seguir para encontrar el mejor voluntariado para mí.
Hoy, a toro pasado, veo clarísimamente que hubiera necesitado ayuda, que aquel sentimiento de incertidumbre no era más que el síntoma de mi total ignorancia respecto al voluntariado internacional. Pero como no conocía a nadie que pudiera echarme una mano, me embarqué en solitario en la búsqueda de mi voluntariado.
Jamás me planteé detenidamente temas como el autoconocimiento o las motivaciones y las expectativas. Simplemente quería hacerlo y ahí que me lancé. Me dejé llevar por mi ilusión y mis ganas, sin pensar que quizás no eran suficientes y que podría haberme pegado un buen batacazo.
Después, durante el año como coordinadora de proyecto, conviví con decenas de voluntarios y constaté que casi todos habían vivido un proceso similar al mío (exento de reflexión y más bien guiado por las ganas y la ilusión). A día de hoy, sigo compartiendo espacios con personas dispuestas a vivir sus vacaciones solidarias.
La historia, en general, se repite: experiencias de todo tipo, unas muy positivas y otras no tanto. Como denominador común de estas últimas: la falta de un proceso de reflexión previo y de una búsqueda consciente y coherente con la propia situación y con las propias limitaciones y capacidades.
¿Cómo saber si necesitas ayuda?
Muy sencillo. Sigue leyendo, y luego me cuentas 😉
Si….
- No conoces a nadie que haya hecho un voluntariado y no puedes hablar del tema con alguien que tenga una mínima experiencia
- Tienes dudas acerca de si es realmente tu mejor momento para hacer un voluntariado
- Abres el navegador entusiasmada y con la energía a tope para buscar tu voluntariado, pero lo cierras desanimada y confusa por la avalancha de información que ha aparecido ante ti
- No te siente preparada para seleccionar y filtrar aquellos proyectos confiables de aquellos que no lo son
- Te invaden mil miedos, preguntas y dudas que no tienen respuesta en la pantalla
- No sabes qué puedes aportar en tu voluntariado y te cuesta identificar tus habilidades y limitaciones
- Tienes dificultades para valorar el coste económico de las cuotas de voluntariado que encuentras
- O si, sencillamente, te faltan horas en el día para hacer una búsqueda exhaustiva y un proceso de reflexión profundo
¿Resuenan en ti algunas de estas situaciones?
¿Te has sentido identificada con lo que te acabo de contar?
Si tu respuesta es afirmativa y muchos de estos puntos definen bastante bien cómo te sientes, ya tienes la respuesta: sí, necesitas apoyo y acompañamiento en el proceso de búsqueda de tu voluntariado.
El asesoramiento experto: la catapulta hacia un voluntariado de éxito
A estas alturas ya debes tener claras las ventajas de contar con asesoramiento experto a la hora de buscar y hacer un voluntariado. Aun así, quiero ponerte algunos ejemplos que he presenciado en primera persona y que se alejan bastante de ser un voluntariado de éxito.
¿Y qué es un voluntariado de éxito?
Básicamente y resumiendo mucho: aquel que tenga un impacto positivo tanto en ti como en la comunidad con la que colabores.
Pero a lo que iba. Imagina poner toda tu ilusión en hacer un voluntariado y que después te encuentres con situaciones así:
- Condiciones de alojamiento que se alejan bastante de los estándares mínimos de comodidad que tú necesitas
- Falta de identificación con los valores y la manera de trabajar del proyecto
- Incapacidad de ayudar a la comunidad con la que colaboras porque no estás lo suficientemente fuerte como para afrontar una realidad como la que te has encontrado
- Cuota desorbitadamente alta respecto a los gastos de alojamiento y manutención que encuentras en terreno
- Actividades y vida cotidiana que no se ajusta a lo que te habían contado o a lo que esperabas
Todo esto son ejemplos reales de personas que, o bien abandonaron su voluntariado antes de finalizar la estancia, o que no disfrutaron de la experiencia y volvieron a casa frustradas y sin ganas de repetir.
Es obvio que estas personas se equivocaron en su decisión: o no eligieron el proyecto adecuado, o quizás no estaban en un buen momento para hacer un voluntariado. Y estoy totalmente convencida de que si hubieran contado con el acompañamiento y el apoyo de un experto en voluntariado, la experiencia hubiera sido bien distinta.
Y es que la diferencia entre una experiencia negativa y un voluntariado de éxito reside, en parte, en la capacidad de buscar ayuda y asesoramiento en caso de no disponer de los conocimientos necesarios.
Porque, si tú no los tienes, ahí afuera hay alguien que sí cuenta con ellos y que los pone a tu disposición para que vivas una de las mejores experiencias de tu vida.
De la misma manera que invertimos en los servicios de profesionales médicos, técnicos o financieros, ¿por qué no invertir en profesionales sociales?
Te cuento esto porque, como sabes, mi objetivo es facilitarte el camino hacia tu voluntariado y, por supuesto, asesorarte y acompañarte en esa senda preciosa pero a veces nada fácil.
Para ello, te propongo que caminemos junt@s y exploremos cada recoveco del camino, para que no quede ningún cabo suelto y vivas una experiencia totalmente transformadora. Te aseguro que disfruto como una enana haciéndolo y, modestia aparte, me siento muy orgullosa de haber ayudado ya a decenas de personas a dar un pasito adelante en su sueño de hacer un voluntariado.
Esto es lo que puedo ofrecerte
El valor de un servicio casi siempre se mide por las referencias y experiencias de los que ya lo han probado. Ya sabes, las estrellitas, los testimonios, las puntuaciones, el semáforo de colores…
Y como es mejor escuchar lo que los demás tienen que decir en lugar de venderse a una misma, la mejor manera que se me ocurre de mostrarte qué puedo ofrecerte y por qué puedes confiar en mí, es que las personas con las que he trabajado en la consultoría de voluntariado te cuenten su experiencia trabajando conmigo:
Marta me ayudó a ser consciente del paso que iba a dar. Estudiamos juntas qué voluntariado se acercaba a mis expectativas. Gracias, Marta, porque analizaste todas las opciones y elegimos el mejor lugar, me mentalizaste de todo lo que iba a vivir y de cómo me iba a sentir. Me fui preparada y disfruté como una niña».
Patricia Jiménez
«Trabajar contigo fue muy sencillo y aclaraste mucho mis dudas sobre el voluntariado. Se cumplieron mis expectativas, pues mi principal objetivo era tener una guía de ONGs que encajaran conmigo. Recomendaré la consultoría».
Javier Marichalar
«Cerrar los ojos y tirarse de espaldas hacia atrás. Confiando a ciegas en que la persona que tienes detrás no te dejará caer».
Sandra García
«La consultoría es perfecta, ya que además de mostrarte diferentes proyectos, Marta luego está pendiente de cual fue el que más te gustó, si seguís necesitando ayuda, si pudiste comunicarte, si te contestaron… etc. Siempre atenta a cómo evoluciona el proceso».
Ireo Pastorelli
«¿Por dónde empezar a buscar asociaciones? Primera vez como voluntarias y muchísimas dudas y preguntas. Pero gracias a Pasaporte Solidario y al trabajo de Marta, hemos podido resolver muchas dudas y encontrar la organización acorde con nuestros requisitos».
Iratxe y Maddi
«Después de varios meses pensando en hacer un voluntariado, había estado consultando algunas webs, pero andaba un poco perdida y no sabía por donde empezar. Después de devorar el contenido de tu blog, ya tenía una ONG que me ilusionaba, pero aun así seguían las dudas y los miedos de una voluntaria novata. Decidí contactar contigo y me di cuenta de que, más que información, necesitaba el empujón que me faltaba. Y tú me lo diste. Con nuestra conversación encontraste un montón de valores y habilidades en mí que podían ser útiles, no me juzgaste, y fue muy fácil contarte hasta los miedos más estúpidos. Tu capacidad para detectar y positivizar todo me pareció increíble. Al iniciar la sesión no tenía muy claro qué era lo que podía sacar de ella, pero al acabarla no había sombra de mis miedos; sólo ilusión, tranquilidad y confianza en mí misma».
Beatriz López
Algunas de estas personas ya han vivido su voluntariado de éxito; otras, están a punto de hacerlo o se encuentran en trámites con las organizaciones. Todas ellas tienen algo en común: estaban decididas a cumplir su sueño y decidieron delegar y buscar asesoramiento. Pasaron a la acción y el sueño es, a día de hoy, una realidad.
Sin más, me despido hasta la semana que viene y te animo a pasar a la acción para cumplir tu sueño de hacer un voluntariado. Ponte en marcha y empieza con tu búsqueda y, si necesitas ayuda, no dudes en contactar conmigo.
Y mientras tanto, si quieres recibir cada semana los mejores contenidos sobre voluntariado y viajes solidarios, suscríbete gratis a mi newsletter y no te pierdas nada de lo que tengo que contarte 🙂