Haber emprendido con Pasaporte Solidario me ha dado la oportunidad de conocer iniciativas admirables y de descubrir personas maravillosas.
Una de ellas es Virginia Toledo, de la Fundación Made in Tarifa.
Virginia es licenciada en Comunicación, diseñadora de moda y creadora de la marca de ropa Made in Tarifa.
¿Qué tiene que ver esto con el voluntariado?
Sigue leyendo y lo descubrirás ?
Esta gaditana llegó por primera vez a la India hace 10 años. Ese viaje fue un punto de inflexión en su vida que marcó un antes y un después: todo cambió y nada volvió a ser lo mismo que antes para ella.
A partir de ahí, nació su Fundación y el proyecto Happy Inside, gracias al cual ha construido una escuela que lleva el mismo nombre y que garantiza la educación a casi 120 niños y niñas pertenecientes a la casta de los intocables. Ella nos contará después qué significa todo esto, pero ya te adelanto que el sistema de castas en la India es absolutamente rígido y determina toda la existencia de una persona.
Además, para acercar la realidad de la India y de los niños y las familias con los que trabaja a través del proyecto Happy Inside, Virginia organiza viajes solidarios que combinan una ruta por el país con la visita y colaboración con el proyecto Happy Inside.
El de hoy es un testimonio de esos que no te va a dejar indiferente. Te dejo con Virginia, nadie mejor que ella para hacerte partícipe de esta revolución de felicidad interior.
¿Cuándo fue la primera vez que fuiste a la India y cómo lo recuerdas?
La primera vez que llegué a la India fue en el 2008, lo recuerdo como un viaje de descubrimiento: un mundo completamente nuevo se abría ante mis ojos y ante mi cabeza para transformar mi vida en algo diferente y emocionante.
Una nueva manera de entender las cosas empezaba a crecer dentro de mí, desde una perspectiva muy diferente a la que tenemos en Occidente. De verdad que llegué al nuevo mundo, donde la vida y las personas se regían por otras leyes, por otra forma de sentir, de relacionarse con las personas, de amar y compartir.
Entendí que la pobreza y la riqueza de las personas no dependía de lo que había pensado siempre, es decir, de su poder económico o su cuenta bancaria, sino de su calidad como personas a la hora de aplicar su valores y principios con el resto de las personas. Aprendí tanto sobre el amor, las relaciones y lo que realmente importa en el día a día que hasta una ducha de agua caliente me parecía una utopía. Ese país me podía dar todo lo que aquí nunca había encontrado: la posibilidad de creer en un destino y en la importancia de tener valores en el corazón.
¿Qué te dio este país que no te daba ningún otro lugar?
Es un país auténtico. Se dice que La India te ama y te mata al mismo tiempo, te descubre tal y como realmente eres, te saca lo mejor de ti, pero también te muestra la peor versión del ser humano al permitir tanta mediocridad.
Ver a un nene de dos años esnifando pegamento mientras mendiga en un semáforo día tras día, y saber que son vendidos por la desesperación de una madre para alimentar al resto de sus hijos, condenándole a una vida que no superará los 20 años…
Saber que existen personas que jamás podrán abandonar su condición de intocables, casarse con la persona que realmente ama o acceder a un trabajo digno y ver que mientras te lo cuentan te abren las puertas de su casa y te dan la sonrisa más bonita que has visto en tu vida…
¿Cómo es eso posible si en España nos cabreamos porque la ducha se quedó fría durante medio minuto? ¿Como entender que tratamos a nuestro vecino con desprecio porque hemos dormido mal esa noche? Ver lo puras que son esas personas a pesar de las condiciones en las que viven cada día y como comparten lo que no tienen con tanto amor y satisfacción te ayuda a replantearte muchas cosas sobre como “aprendemos” a relacionarnos aquí en Occidente.
India hace que la vida te explote en la cara, que la muerte sea algo sólo transitorio y que el amor sea un bien gratuito de primera necesidad que está infravalorado entre muchos de nosotros.
¿Quiénes son “la casta de los Intocables”?
La población en India se divide jerárquicamente en clases o castas, siendo la casta de Los Intocables el colectivo más marginado. Este colectivo no es considerado ni siquiera casta. A menudo son víctimas de violencia y abusos y se les priva de los derechos más básicos, como la educación.
Están condenados a recoger basura (incluso los excrementos de otras personas con sus propias manos) y realizar tareas agrarias o artesanas. Una situación que padecen cientos de miles de hindúes (en su mayoría mujeres) nacidas y nacidos para una práctica centenaria que debería haberse erradicado hace mucho tiempo.
Hoy, en India, más de 17 millones de niños viven en la profunda miseria de las chabolas y de los grupos mafiosos que los manipulan y maltratan. Niños muertos de hambre viviendo en los semáforos, mendigando para que sus dueños, grupos mafiosos, no les peguen, les violen, les droguen o maten con las condiciones insalubres a los que están sometidos…. niños de 6 años, de 4 años, de 2 años…
Los niños intocables, según las condiciones de vida que pueden llegar a tener y los maltratos a los que pueden estar sometidos, pueden que no se levanten vivos a la mañana siguiente si permanecen en las calles.
¿Cómo nace Happy Inside y por qué?
Happy Inside nació en un coche después de entregar 300 lápices viejos en una escuela en ruinas en India, a unos niños que no tenían ni juguetes rotos en el patio, ni papel, ni pupitres, ni sillas, ni siquiera tenían zapatos… Empecé llevando estos lápices viejos a unos niños y he terminado construyendo la escuela de mis sueños.
“Happy Inside” era lo que me repetía mi acompañante con la mano en el corazón, mientras intentaba ayudarme a recobrar el habla. La emoción de ver a esos niños tan felices tras hacer entrega de unos lápices viejos cambió todo mi paradigma emocional. Me sentí afortunada de ser la razón por la que esos 300 niños que no tenían nada pudieran sonreír ese día.
Me marché sola a la India y entré en un retiro de meditación. Al salir de allí, mi vida siguió como cada día, pero algo cambió dentro de mí. Estaba a punto de coger la ficha de mi destino. Una ficha que me proporcionó el coraje suficiente para ir detrás de lo que realmente sabía me haría feliz: cumplir un sueño. Yo sólo llevé dos maletas llenas de lápices viejos a una escuela sin ningún recurso en la India. Cuando abandoné, junto con mi acompañante, a esos 300 niños, sentí algo que antes no había sentido: la felicidad de haber intentado ayudar a esos nenes sin recursos para estudiar y, además, haberlo conseguido.
Fue una sensación nueva y quería saber cómo mantenerla siempre dentro de mí.
“Happy Inside, Happy Inside…”. Repetía orgullosamente con la mano en el corazón Babu, mi amigo hindú que me acompañaba en el coche. Esas palabras se han convertido en un mantra para mi vida.
Comprobé entonces que, con lo poco que yo podía hacer, allí en India significaba muchísimo: que un niño pudiera tener el lujo de escribir en un papel. Esos niños que parecían no tener nada, a mí me lo dieron todo. Me devolvieron la fe en mí misma.
Al año siguiente, utilicé mi firma Made in Tarifa para recolectar material escolar. Clientes, amigos y hasta los colegios de mi zona donaron material. Organizamos con los niños jornadas de geografía, les enseñaba mis fotos en la India con esos críos, les pedía que me escribieran cartas en inglés explicando qué motivos tenían para donar sus lápices y cuadernos del colegio… Con la ayuda de todos, las dos maletas de veintitrés kilos de lápices se convirtieron en 400 kilos al año siguiente.
Cuando volví a España de nuevo creé la Fundación Made in Tarifa para un año más tarde construir “la escuela Happy Inside”, una escuela para los niños más marginados por el sistema de clases y castas de la India.
¿En qué consiste este proyecto y quiénes lo forman?
El proyecto ha pasado por tres etapas diferentes:
La primera fue mi viaje a India con las dos maletas.
La segunda fue la recoleta con Made in Tarifa con la que entregamos 400 kilos de material escolar.
La tercera, la construcción de la Escuela Happy Inside.
La última, pero no menos importante, el programa de Viaje Solidario a India para poder dar continuidad al proyecto a través del trabajo de voluntarios allí. Todo ideado y organizado por la Fundación y el apoyo de amigos como la Coordinadora Solidaria del puerto de Algeciras y todos aquellos medios de comunicación que cuidan y ayudan en la difusión del proyecto
Respecto al programa de turismo solidario ¿cómo funciona?
Este programa consiste en llevar a nuevos viajeros a la India, enseñarles parte del país, de la cultura y que, con su propia experiencia, puedan vivir una transformación en su forma de valorar la vida y a las personas. Nuestra misión es extender la sensación “Happy Inside” a cuanta más gente mejor.
Poder trabajar mano a mano con los niños de la escuela les otorgará un sentido diferente para desenvolverse en el mundo y ayudarán a los niños a tener una educación digna a través del cuidado de la escuela, su aldea y el apadrinamiento voluntario.
Es un viaje donde aquellas personas que siempre hayan querido viajar a la India, pero por pudor no se han atrevido, van a poder hacerlo.
Será como hacer un viaje a solas, pero con la guía y apoyo de alguien que lleva años allí. Daremos una vuelta por los lugares más emblemáticos del país y luego terminaremos el viaje en la escuela donde pasaremos una semana con los niños. Cada voluntario podrá optar a elegir a un alumno y apadrinarlo para poder ayudarle a continuar con su educación secundaria y poder ser en el futuro lo que ellos elijan ser. Es una lucha que debe ser común a la Humanidad y para ello necesito ayuda.
Comentas que, en la fase final del viaje solidario a India, el grupo colabora en la escuela. ¿En qué consiste esta colaboración? ¿Qué actividades se realizan?
Viajamos a India en grupo de 10 personas para aportar ayuda humanitaria: desde visitar la casa de los niños de la escuela y ver en qué podemos ayudar, hasta limpiar las aulas. Hacemos jornadas de concienciación sobre Higiene personal, reciclaje del plástico, enseñándole como se puede hacer un bote de lápices con una botella, por ejemplo.
Una parte muy bonita es la recogida de ropa y material que hacemos previa a un viaje. La repartimos entre los 10 viajeros y cada maleta lleva una parte de la recolecta. Llegamos allí y nosotros mismos les entregamos la ropa.
¿Cuál es el principal éxito de este proyecto?
Hay que convertir los sueños en ideas, las ideas en proyectos y los proyectos en realidades. La Fundación Made in Tarifa era un sueño y la escuela Happy Inside una utopía que no entraba dentro de mis expectativas. Y ahora cada año el proyecto crece desorbitadamente. Imaginaos liderar el viaje personal de los viajeros Happy Inside, que conocen por primera vez la India, con las historias y el bagaje que cada uno tiene que aportar al proyecto. Es un proyecto en movimiento que da vida y oportunidad, creando futuro fuera de nuestras fronteras para estos niños y desarrollando fuertes valores personales para los nuevos viajeros.
Si no hubiera tenido la confianza suficiente para entender que cualquier cambio en el mundo comienza primero con nosotros y que depende única y exclusivamente de uno mismo, esta escuela no sería la misma. Es una escuela para todos.
Si no hubiera estado convencida de los valores que tenemos que aplicar en nuestra vida para poder desarrollar un proyecto de esta índole y con qué tipo de personas trabajar para poder llegar hasta el final con todo el trabajo que eso conlleva, el proyecto no hubiera llegado a estar plasmado en estas páginas…
El éxito es la fe. La fe de saber que siempre podemos ser mejores para nosotros mismos y para los demás, que cualquier reto puede ser abordable y posible si lo hacemos desde dentro, desde lo más profundo de nuestro corazón. Desinteresadamente. Que podemos sacrificarnos y estar dispuestos a ser la salvación de alguien a quien queremos ayudar.
Construir la escuela no fue tarea fácil. Muchos desplazamientos buscando una ubicación, dificultades con el idioma, duras negociaciones, presupuestos y contratación. Para ello, aprender a sobrellevar la falta de recursos y el agotamiento físico y mental fue clave. Ningún desánimo estaba permitido, pues podría repercutir negativamente en la escuela y, lo que es lo mismo, en el porvenir de todos esos niños.
Hubo muchos momentos donde me vine abajo y me vi ante un proyecto que me superaba en cuanto a capacidades se trataba: grabar los vídeos en español al mismo tiempo que intentaba comunicarme con el obrero en hindi. Enseñarle, por ejemplo, a poner las losetas del patio del colegio rectas era todo un reto si tenemos en cuenta que yo no sé ni poner un enchufe. Pelearme con los obreros porque no cumplían los presupuestos y me pedían más dinero a última hora, volver a España y aprender a editar bien los vídeos para poder difundirlo en medios de comunicación, crear la página web de la fundación, etc. Superar ciertas limitaciones y decepciones a la hora de construir nuevos planteamientos y sueños siempre es un reto personal que merece la pena experimentar
Fue una obra faraónica que se concluyó después de 4 años de trabajo.
¿Qué es lo más enriquecedor de trabajar en un proyecto como este?
Gracias a esta iniciativa he encontrado un sentido a mi trabajo, a mi vida y a la forma de plantearme las relaciones humanas. Me propuse vivir desde un lugar mucho más puro y verdadero. Otorgarle este sentido a mi trabajo, pero sobre todo a mi vida, no tiene precio y me ha traído mi mejor recompensa, mi mejor regalo: un precioso propósito.
Me siento tremendamente afortunada. Ahora el programa de Viajes solidarios me permite compartir esta experiencia con los demás y ofrecer una oportunidad a todas aquellas personas que necesiten un empujón para hacer realidad sueño de viajar, de desarrollarse, de crecer como personas y de sentir la aventura de cambiar su vida y la de los demás.
En una de las entradas de tu blog hablas de “huir” como algo necesario para encontrarnos a nosotros mismo. ¿Qué es lo que te impulsó a escapar de tu rutina?
Sentir que cumplía años, pero no sueños. Desear hacer cosas que no me veía capaz de abordar por mí misma. Convencerme de que me sentía satisfecha con mi vida cuando, en realidad, no era así. Darme cuenta de que no paraba de engañarme a mí misma y de mentirme sobre lo que realmente quería para mi vida fue algo que, a día de hoy, identifico en mucha gente.
Nos pasamos la vida convenciéndonos que algún día haremos todo lo que tenemos pendiente, todos los sueños que sabemos nos harán felices. Y, mientras tanto, intentamos aparentar que ya tenemos y hacemos todo lo que queremos en nombre de la libertad. Algo en lo que se gasta mucha energía. No era feliz y engañarme con que sí lo era me estaba pasando factura, no quería seguir mintiendo, porque cada vez necesitaba más mentiras para mantener la primera, (que yo era libre para vivir como realmente quería).
Así que necesitaba huir de esa Virginia y encontrar una versión mejor, más honesta, más coherente con mis inquietudes internas. En definitiva, más auténtica. Huir de la conformidad, de las sonrisas forzadas a la vuelta de la esquina porque prefieres quedar bien con el vecino a quedar bien contigo mismo, y no fingir. Huir de esa voz que te dice que aún no es el momento, que no eres capaz, que las cosas grandes sólo las consigue otro tipo de gente que tenga más de algo, como más dinero, más conocimiento, más energía, más contactos… Y, en realidad, no era libre para ser feliz, porque todo lo posponía. Huir de todo esto me ha traído hasta aquí.
Seguro que hay muchas personas que, después de conocer tu historia y tu trabajo, quieren colaborar con vosotros. ¿Qué pueden hacer?
Entrando en la web de la Fundación Made in Tarifa pueden ver el Viaje Solidario a India. Ir personalmente a conocer la escuela y viajar por India con la fundación es la manera más directa de involucrarse en un cambio real y ayudar en el proyecto. Tener una aventura en toda regla: personal y solidaria.
Las próximas ediciones del viaje Happy Inside son en noviembre y en enero, así que cualquier persona es más que bienvenida a unirse y a vivir esta experiencia inolvidable. Además, los lectores de Pasaporte Solidario tendrán un regalo al inscribirse ?
También pueden hacer aportaciones a través de la cuenta de la fundación. Muchas personas que no pueden viajar colaboran con una aportación mensual, pues por pequeña que sea allí significa muchísimo.
La historia de Virginia es, sin duda, de aquellas que te hace reflexionar acerca de las prioridades y los valores que nos mueven.
Yo, personalmente, me siento identificada con ella respecto al viaje transformador que a ambas nos cambió la vida. A ella, en India. A mí, en Kenia. Después de una experiencia tan intensa, es imposible que tu vida vuelva a ser la misma de antes.
Si la idea del viaje solidario a India resuena en ti, en este vídeo puedes hacerte una idea de cómo es este viaje y de las experiencias que podrás vivir de la mano de la familia Happy Inside.
Recuerda que tienes dos fechas para embarcarte en esta aventura solidaria:
- Del 20 de noviembre al 5 de diciembre de 2018.
- Del 10 al 25 de enero de 2019.
Como te decía Virginia, por ser lector o lectora de Pasaporte Solidario tienes doble regalo si te apuntas al viaje: uno de su parte (un bolso Made in Tarifa) y otro de la mía (el Oráculo del Voluntariado de Pasaporte Solidario). Porque nos hace muchísima ilusión establecer lazos solidarios y que te animes a vivir esta experiencia.
Y si quieres saber más sobre la Fundación Made in Tarifa y el proyecto Happy Inside, síguelos de cerca en sus Redes Sociales:
¡AHORA TE TOCA A TI!
¿Qué te ha inspirado el testimonio de hoy? No dejes de compartirlo con nosotras, ¡te esperamos en los comentarios! 😉
2 comentarios en «Historias de voluntariado #17. Viaje solidario a India con Virginia, de Made in Tarifa Foundation»
¡Hola! Estoy fascinada con tu post, en realidad una increíble historia. te agradezco por compartir esta gran información.
Saludos.
¡Hola Ángela!
Coincido totalmente contigo en que la historia de Virginia es absolutamente inspiradora. Además es un claro ejemplo de cómo grandes iniciativas nacen de pequeñas acciones.
Me alegra mucho saber que te ha gustado el post, ¡muchas gracias por pasarte a comentar! 🙂
Un abrazo!