Enseñanzas del voluntariado: 25 voluntarios te cuentan su mayor aprendizaje (parte I)

enseñanzas voluntariado parte 1

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No es ningún secreto que un voluntariado es una experiencia cargada de aprendizajes.

Una vivencia tan profunda e intensa como hacer un voluntariado marca un antes y un después en muchos sentidos y, sin duda, transforma nuestra forma de afrontar la vida y el día a día al volver a casa.

Que mi año como voluntaria en Kenia estuvo lleno de aprendizajes, te lo he contado muchas veces.

Por eso he querido invitar a otr@s voluntari@s y preguntarles sobre este tema (para que veas que no soy una exagerada cuando te digo que el voluntariado me cambió la vida 😉 ). Ell@s te van a contar:

  • en qué país y en qué ámbito/ONG han colaborado
  • cuál fue el mayor aprendizaje de su voluntariado
  • para qué les ha servido esa enseñanza en su día a día

Tengo que decirte que estoy muy contenta porque finalmente han participado en el post un montón de grandes personas que han querido compartir sus testimonios y reflexiones acerca de las enseñanzas de su voluntariado. Tanto, que finalmente he decidido publicar el post en dos entregas (ha quedado un artículo largo e interesante a partes iguales 🙂 ).

Voluntariado y aprendizaje: un binomio indestructible

En este post encontrarás voluntariados nacionales e internacionales (e incluso alguna experiencia que se aleja del voluntariado vinculado a ONGs y a otro tipo de organizaciones).

Verás que algun@s de est@s voluntari@s tienen presencia on-line y tienen sus propios proyectos digitales; otr@s, son personas que no tienen nada que ver con el blogging y que han respondido a mi llamada SOS para compartir sus aprendizajes durante su voluntariado (a algunas ya las conocía, y a otras las he conocido gracias a este artículo).

Leerás experiencias de voluntariados de larga duración, otras de apenas unos días.

Pero todas estas distinciones son secundarias e innecesarias, porque tod@s ell@s son personas sensibles con las injusticias y desigualdades sociales y tienen un denominador común: un día decidieron hacer un voluntariado y absorber todos las enseñanzas inevitables que esto les ofrecía.

Pero no te entretengo más y te dejo con las experiencias y aprendizajes de este primer grupo de voluntarios. El orden en el que aparecen es aleatorio y no responde a ningún criterio, ya que todos son igualmente inspiradores.

¡Disfruta de sus relatos!

ANA COSTA, DE ZONA MINDFUL

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE? 

Viajé a una región muy remota de Kenia, Namelok, para colaborar con una pequeña ONG que ya no existe y que se dedicaba a aportar los medios materiales y humanos necesarios para que los niños masai más pequeños de la zona pudieran ir a la escuela cada día.

En Kenia la escolarización obligatoria empieza a los 7 años, pero, a esa edad, los niños de las zonas más rurales llevan ya años cuidando cabras y vacas y aportando con su trabajo a la economía familiar, y terminan por no ir a la escuela. Ello hace que determinadas etnias minoritarias como la masai, por no acceder a la educación, estén perdiendo sus tierras y sus derechos.

Esta ONG trabajaba en conseguir escolarizar a los niños masai de la zona a partir de los 3 años. Construyó donde la comunidad decidió seis escuelas y dos pozos. Además, costeaba el material escolar, un plato de comida al día y la paga de los maestros, que eran locales y enseñaban según su propio sistema educativo.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Lo que más me enseñó ese viaje fue darme cuenta de lo privilegiada y afortunada que soy por tener todas mis necesidades básicas cubiertas y vivir en un país que pertenece a la «cara bonita» del mundo, el cual, además de poner todos los adelantos al servicio de sus ciudadanos, vive en paz.
Tenemos muchísima suerte por ello, y no somos capaces de verlo. Nos preocupamos por cosas que no son importantes y vivimos de espaldas a lo que de verdad importa. Nos ocupamos muchísimo de tener y, en cambio, nos olvidamos de ser.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

Ese viaje me abrió los ojos. Me hizo replantearme toda mi vida y conectar con lo que de verdad me hacía feliz: aportar todo lo que esté en mi mano al bienestar de las personas que sufren.
Además, desde entonces, valoro más las pequeñas cosas del día a día y he dejado de preocuparme por cosas que no tienen ninguna importancia.

Mi concepto de la felicidad ha cambiado por completo, y ahora puedo decir que, a pesar de las circunstancias adversas que pueda haber en mi vida, soy feliz.
Estoy profundamente agradecida por todo lo que este viaje me aportó y jamás lo olvidaré.

ANDREA ROIG

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Estaba en un momento donde me vi con mis estudios finalizados, sin trabajo y sin nadie que me pudiera parar los pies. Así que empecé a mirar proyectos pero no invertí mucho tiempo en ello, la verdad. Entre varias de las asociaciones que miré, AIESEC era la que me salía mejor de precio y además tenía proyectos muy interesantes, entre los cuales al final me decidí por el de Kenya, Nairobi exactamente.

Lo acordado fue que colaboraría en un orfanato con niños de entre 1-7 años los cuales venían con historias de abandono y maltrato. Pero lo que no teníamos previsto es que dos días antes de mi llegada el orfanato se incendió y perdieron todo lo material, literalmente. Y especifico lo material ya que lo más importante fue que todos salieron ilesos de allí. Los 18 niños, las 4 cuidadoras y el voluntario que había en su momento.

Al recibir la noticia fue un shock primero y luego toda una serie de dudas acerca de que pasaría conmigo y el proyecto ahora.

Ellos se movieron lejos del centro unas semanas a casa de una amiga de la fundadora mientras encontraban donde quedarse y recibían donaciones de vecinos para subsistir el día a día.

Me ofrecieron cambiar el proyecto por otro en colegios en el slum de Mathare. Pero aun así, acordé con AIESEC que no me rendiría e iría a trabajar con ellos fueras cuales fueran las condiciones. Y además lo compaginaría con el otro también. Y eso hizo que mi experiencia fuera aún más gratificante y me enseñará muchas más cosas ya que pude ver ambientes muy diferentes.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Por una parte los niños del orfanato me enseñaron que no se necesita mucho para ser feliz y que lo importante no son las cosas materiales que uno pueda perder sino el no haber perdido con quienes compartían su vida ahora, sus seres queridos. Y con una gran sonrisa y llenos de energía.

Y por otra parte, los niños y las mujeres del slum me enseñaron lo afortunados que somos en los países desarrollados y la de facilidades que tenemos que no apreciamos o no nos damos cuenta. Sólo empezando por la higiene, salud y educación. Me enseñaron que de verdad existe la dura vida en África de la que se habla, pero que no imaginas hasta que llegas allí.

Y entre todos me enseñaron que no podemos ser superhéroes y salvar al mundo, pero que simplemente con ayudar y cambiar la vida de pocas personas es de lo más gratificante que te puedas llevar.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

Ahora, un mes después de mi vuelta intento vivir la vida y afrontar el estrés europeo de otra manera. Apreciar más lo que tenemos y a mis seres queridos. Incluso disfrutando más de la pequeña naturaleza que nos rodea en las grandes ciudades. Y sobre todo, buscando nuevas experiencias y aventuras futuras.

JOSE RUIZ, DE TU GIGANTE INTERIOR

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

El voluntariado lo hice en España, más concretamente en la ciudad de Málaga. En AVOI, una asociación de voluntarios de oncología infantil.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Esa experiencia me hizo aprender mucho. Me cambió mi forma de ver y de afrontar la vida y las situaciones que ésta te plantea. Me ha hecho conocer la esencia de las personas.

Me hizo ver que la vida es maravillosa si eres capaz de estar presente en cada instante, independientemente de la situación que tengas.

Los niños no se identifican con su enfermedad, saben que no son eso, y aprovechan cualquier momento que la vida les regala para vivirlo al 100%. En el momento que sus condiciones físicas se lo permiten, sólo se centran en jugar y en disfrutar, son puro gozo. Son ellos, los que acaban transmitiéndote sus fuerzas y sus ganas de vivir.

Me han ayudado a volver a tomar contacto con la inocencia y el niño interior que todos llevamos dentro. Para mí, son un ejemplo de superación, de cómo vivir la vida de forma plena, disfrutando de lo único que existe, el momento presente. Al contrario de lo que mucha gente pueda pensar, la planta de oncología infantil no es un lugar triste, es un sitio lleno de vida.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

En mi día a día, me ha servido para ver la vida desde otra perspectiva, con mayor fluidez.

A veces, los adultos nos tomamos la vida demasiado en serio y nos olvidamos que esto no deja de ser un juego. En ese aspecto y en muchos otros, tenemos mucho que aprender de los pequeños…

FANNY ÁLVAREZ

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Mi primer viaje a Kenya venía cargado de ilusión y unas tremendas ganas de descubrir el África que me ha enamorado. Un continente lleno de buena energía y alegría pura, muy pura.

He hecho voluntariado en una pequeña-gran ONG llamada Afrikable. La labor de esta organización en Lamu es además de admirable, una experiencia muy recomendable. Mi familiarización con los niños ya era previa, pero los sentimientos que allí se apoderaron de mí, quedarían marcados con el paso de los años, y no es ningún desacierto afirmar que así será hasta el fin de los días.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

En cuanto al término aprendizaje me quedo con la sensación de volver a ser yo misma. Con el paso del tiempo me había abstraído completamente de sentirme bien por dentro. Es reiterada la idea del “ellos me enseñan a mí” pero es tan cierta. Ellos me enseñaron a quererme, ellos me enseñaron la importancia de sentirme bien y feliz, me enseñaron qué nada de lo que estaba en aquel momento en mi cabeza era tan grave o tan importante como yo creía, me enseñaron que hay que seguir caminando y que ser plenamente y felizmente tú es además de posible, más sencillo de lo que yo creía. Me enseñaron a poder saltar cualquier obstáculo, y a disfrutar de la carrera.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

Me ha servido para valorar inmensamente lo que importa. Pero por encima de todas las cosas, me ha servido para darme cuenta de cuan afortunada soy, de cuanto amor se puede compartir y lo bien que sienta. Me ha servido para crecer, para volver, para conocer personas increíbles que se quedarán en mi vida…Para conocerme pero sobre todo para volver a reconocerme en una persona que ya no era más que una esencia de lo que algún día fui, y que ha vuelto para quedarse y sentirse orgullosa de nuevo.

JOSÉ ANTONIO RUIZ, DE PROYECTO MZUNGU

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

La República Democrática del Congo ha sido mi lugar principal de acción solidaria durante varios años. Allí llevo a cabo una actividad centrada en la educación a través de la construcción de escuelas en zonas remotas y en conflicto. Todo ello fuera del ámbito de las ONG o las fundaciones, ya que decidí hacerlo por cuenta propia. No digo con esto que sea mejor opción, simplemente que fue la que yo elegí.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

En todo este tiempo, si tuviese que elegir un aprendizaje por encima de todos, me quedaría con que la determinación y la tenacidad son clave de todo éxito. Si realmente quieres conseguir algo, lo harás independientemente de los obstáculos que se te pongan por delante. En la mayoría de los casos, emprender en el campo de la ayuda a los más desfavorecidos implica enfrentarse a la falta de recursos tarde o temprano porque hay tanto por hacer que es, hoy por hoy, una tarea infinita. Una actitud adecuada que cuente con la determinación como pilar base, derribará muchos muros. Una de las grandezas esta lección de vida es que, en el camino, un sinfín de aprendizajes adicionales entrarán, sin duda, en tu mochila de conocimientos personal.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

La determinación es una herramienta poderosa que se puede aplicar en todo momento y reto sin importar su magnitud. Especialmente en una sociedad cada vez más exigente, la determinación puede inclinar la balanza a tu favor para llegar más lejos y esto es aplicable cada día de tu existencia en este mundo.

MARTA BENITO 

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Realicé voluntariado en Grecia en el campo de refugiados de Ritsona, a través de la asociación Amigos de Ritsona, pero una vez allí, hicimos labor independiente allí donde se necesitaba: preparación de almuerzos escolares de los niños que acuden al colegio, reparto de alimentos en el campo, ayudándoles en labores de traducción (aunque creo que para comunicarse no hace falta hablar el mismo idioma, sólo tener ganas de entenderse), acompañamiento a hospitales…

En el campo viven, o lo intentan, en su mayoría refugiados sirios que huyen de la guerra y el horror. Su bagaje emocional pesa mucho. Lo han perdido todo: hogar, trabajo, familiares, raíces…en definitiva, su vida. Pero no las ganas de vivir ni la esperanza por seguir luchando.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Aprendí de ellos mucho más que ellos de mí. Admiré y admiro su gratitud y generosidad. Fuimos en plena ola de frío y nieve y ellos se desvivían porque entraras a su casa (contenedor metálico) para invitarte a un té y que entraras en calor. Yo me sentía refugiada de ellos. Te agradecían tu presencia, el simple hecho de estar allí, escuchándoles, riendo y llorando con ellos, haciéndoles ver que no están solos. Pasábamos largos ratos así.

Aprendí de sus ganas de seguir luchando, de sus sueños por llegar a algún país europeo y comenzar allí una nueva vida, por reunirse de nuevo si tienen a algún familiar residiendo ya en Europa, a pesar de las trabas que les está poniendo la Unión Europea (pensad que algunos llevan años en el campo)…tantas cosas…

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

En mi día a día me ayuda (o así lo creo), a ser mejor persona. A ayudar más al que lo necesita. A valorar más todo lo que tienes y das por hecho, pero que de un plumazo la vida te puede arrebatar.

Tengo la suerte de seguir en contacto con muchos de ellos y puedo decir que los quiero y considero mis amigos. Afortunadamente muchos ya están residiendo en Europa y comenzando una nueva vida. Otros, por el contrario, siguen en el campo a la espera, con la incertidumbre de qué va a ser de sus vidas…y la espera desespera…es un goteo constante de gente la que llega cada día a las costas europeas.

Aunque es difícil la vuelta a la realidad tras tanta experiencia vivida (la carga emocional es muy grande), ha despertado en mí el gusanillo del voluntariado y ya he repetido, aunque en otro ámbito. ¿Qué hay más bonito que poder ayudar y sacar sonrisas a quien más lo necesita?

ELENA DE JULIÁN, DE VOLUNTARIOS CON CRITERIO

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Mi primer voluntariado en el extranjero fue un intento frustrado de ser voluntaria en la organización para la conservación ambiental RSPB de Irlanda del Norte. Como nunca me confirmaron la estancia y ya estaba en el país y sin dinero, decidí hacer un voluntariado a través de WWOOF.

Estuve varias semanas en una casa familiar cuidando del huerto, de las gallinas y de los niños.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Aunque este tipo de intercambio no es una experiencia solidaria como tal, aprendí muchísimo.

Viví en mis carnes por primera vez que las necesidades son relativas. Viajé con una mochila llena de ropa pero descubrí que casi todo me sobraba, solo quería buena compañía y sorprenderme a cada paso.

Cultivé la paciencia respetando los ritmos de cada persona y los míos propios. Y empecé, solo empecé, a entender cómo era vivir al día, sin expectativas ni saber muy bien qué pasaría después de aquello.

También aprendí que cuidar niños no era mi plan favorito ;D

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

Me fue difícil no acostumbrarme a la comodidad de tener de todo en casa en cuanto pude, pero desde entonces, intento tener presente que no me hace falta ni una décima parte de las cosas para vivir.

También trato de recordar aquella libertad o incertidumbre que sentía durante aquellas semanas para darme cuenta de lo que me hace vibrar y me mueve para seguir haciendo voluntariados.

ÁLVARO ESTÉVEZ

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Hace un par de años colaboré con Afrikable, una organización (maravillosa) que promueve el empoderamiento económico y social de la mujer, y el desarrollo infantil. El trabajo lo realiza en una isla al norte de Kenia. Allí pasé un mes, donde cada día era un auténtico regalo.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

¿Mi mayor aprendizaje? Quizás ser mucho más consciente, en el sentido más amplio de la palabra. Es posible que mi paso por Afrikable no supuso un cambio radical en mi vida, pero es innegable que la experiencia, aunque breve, te perfora el alma y te abre la mente, los ojos y el corazón. Derriba cualquier muro que te impidiese ver la realidad del mundo y las prioridades de la vida.

Te convierte en una persona más sencilla, humana, empática y sensible y quizás, de todo esto, solo te das cuenta cuando vuelves a tu burbuja, donde comienzas a replantearte todo y a formularte una serie de preguntas a las que aún hoy no he encontrado respuesta.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

El aprendizaje, que más bien es una transformación, es aplicable en el día a día a todos los niveles ya que, en mi opinión, es un estado de conciencia permanente, conciencia social, moral y ética que te hace percibir tu entorno de otra manera.

LORENA CÁRDENAS, DE LADY DREAMER

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

¿Recuerdas alguna vez estar en clase y pasar un buen rato escuchando discusiones del profe con un único alumno preguntón? De esas en las que siempre hay una mano levantada. De las que ese alguien siempre parece tener una pregunta para todo.

Pues esa era yo en la universidad cada vez que sonaba la palabra mágica: “sostenibilidad”.

Al terminar mis estudios en biología, estaba llena de preguntas. Las había planteado en escenarios teóricos, pero ahora quería respuestas prácticas.

Se me ocurrió hacer un voluntariado para intentar darles respuesta (aunque en el fondo les decía a todos: “es para hacer currículum y tomar experiencia…”).

¡Ha! Mi plan no era tan simple.

Lo que quería era palpar y ver con mis propios ojos cómo se aplicaban todas estas ideas tan bonitas sobre llevar una vida sostenible.

En 2014 viví en la Selva de Ecuador, en una casa sostenible que seguía un diseño circular. Desde entonces, me obsesioné con trasladar este sistema a todos los aspectos de la vida humana, desde los negocios hasta la ecología.

La ONG en cuestión se llama Third Millenium Alliance, y colaboré con ellos en ecología tropical. Mi trabajo de campo consistía en instalar cámaras trampa por la selva para estudiar felinos.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

El mayor aprendizaje que me llevé de esta experiencia es que todo es posible, incluso lo inimaginable. Incluso aunque no tengas ni idea de cómo se puede conseguir. Siempre hay alguien que ya lo ha pensado, escrito o creado por ti (o alguien está en ello).

Pero lo que más me marcó fue vivir en una casa sostenible. En medio de la selva. Aislada a kilómetros. Sin electricidad. Y poder llevar una vida normal. Sin cavernas. Ni taparrabos. Ni ‘hippies sucios’. Con tecnología. Todo igual, excepto por un pequeño detalle… mi calidad de vida era insuperablemente mejor a la que llevaba en una casa normal.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

Esto revolucionó mi sistema de creencias, me llevó a emprender y a crear una vida más sostenible y auténtica con mis valores. Todavía hoy, 4 años después, sigo aprendiendo, descubriendo y expandiendo mi visión sobre lo que realmente significa vivir de forma sostenible.

TANIA CARRASCO, DE REVOLUCIONAT

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

 Siendo adolescente, colaboré con la residencia de ancian@s de mi pueblo. Una amiga y yo íbamos cada tarde a hacer compañía a las personas mayores que vivían allí.

Cuando me fui a estudiar a la Universidad, empecé a colaborar con la ONG de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, Solidarios para el Desarrollo.

Como ya tenía algo de experiencia con las personas mayores, mi labor era muy parecida a la anterior. Una tarde a la semana, iba a la casa de una señora que no podía valerse muy bien por sí misma. Le hacía compañía, la acompañaba a la compra, al médico, lo que fuera que esta señora necesitase.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

El voluntariado en general es una labor preciosa pero que hay que coger con pinzas.

En mi caso, acabé con la sensación de que mi labor tampoco era demasiado necesaria puesto que había personas que necesitaban mucha más ayuda que la señora a la que yo atendía.

Aprendí que, incluso en lo que al voluntariado se refiere, hay que saber elegir muy bien con quién colaboras y tener clara tu misión.

La prioridad son las personas a las que ayudas y lo que hace falta en este mundo, sobre todo, es AMOR y mucho respeto.

¿PARA QUÉ TE HA SERVIDO ESE APRENDIZAJE EN TU DÍA A DÍA?

El voluntariado me ha enseñado muchas cosas. La enseñanza que más destacaría es que: el mundo necesita una ayuda real, no un parche para lavar mi conciencia y sentirme bien conmigo misma una tarde a la semana.

MÓNICA GIFRÉ

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

En octubre de 2017 hice mi primer voluntariado internacional en Gaba (Etiopía) con la ONG ABAY. Empecé con ABAY siendo la «amiga invisible» de Adugna Ararsa en Navidad. Cuando me llegó la foto me enamoré de él y decidí apadrinarle. Como no quería que mi colaboración se quedara sólo en ingresar dinero, comencé a ayudarles haciendo informes de seguimiento de familias.

Pero seguía queriendo más, así que decidí marcharme a Etiopía a conocer el proyecto.

La llegada a Gaba no se me va a olvidar jamás. Me recibieron con los brazos abiertos.

Allí estuve colaborando en el taller de costura enseñando a hacer un muñeco para los regalos de «Amigo Invisible» que se dan en Navidad a los niños.

Ayudé en el programa de lactantes dónde se les enseña a las mamis a bañar a sus hijos, control de peso y mediciones, se les reparte ropa, leche o cereales.

Hice visitas a las familias de los niños que asisten al colegio. Una de ellas fue ir a hablar con la madre de dos prematuras para que se viniesen al centro dónde se alojarían en uno de los tukules socio-sanitarios donde recibirían leche especial y cuidados por su gran fragilidad.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Fui allí a ayudar en lo que pudiese y resulta que lo que ellos me dieron a mi fue más grande. Me enseñaron lo que era el calor humano, no el calor material al que estamos acostumbrados.

Aprendí a valorar lo que era abrir un grifo y que saliese agua, a encender la luz a la hora que yo quisiese, a mirarme en un espejo, a disfrutar de la comida….

Tantas cosas positivas tuvo ese viaje en mí que ya tengo mi billete para este año.

CHRISTIAN MORILLAS, DE PRODUCTIVIDAD AL MÁXIMO

¿EN QUÉ PAÍS Y EN QUÉ ONG/ÁMBITO COLABORASTE?

Estudié Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones, y durante la carrera nos llevaron de visita a un encuentro de innovación tecnológica en Madrid, allá por el 2008. Allí me topé con un puesto de información que me llamó mucho la atención: la Fundación Cibervoluntarios. Esta organización se encarga de acercar las nuevas tecnologías a personas que por algún motivo no tienen acceso a ellas.

No fue hasta el año 2011 cuando tuve la oportunidad de aportar mi grano de arena a esta comunidad, en una etapa de mi vida que pase en Las Palmas de Gran Canaria, España. Allí pude impartir junto a dos compañeros más unas jornadas de dos días de duración sobre el uso de plataformas digitales para la búsqueda de empleo.

¿CUÁL FUE LA MAYOR ENSEÑANZA DE TU VOLUNTARIADO?

Durante el transcurso de las horas de dichas jornadas me fui dando cuenta que no todo el mundo tiene la facilidad o habilidad que tenemos algunos en ciertos temas. Compartir conocimiento que por una u otra forma has adquirido a cambio de la felicidad de esas otras persona, hacen de ello motivo suficiente para sentirte contento al haber contribuido a una buena causa.

Esta experiencia hizo darme cuenta de la importancia de las cualidades tolerancia y paciencia. Muchas veces vamos corriendo de un lado para otro, sin tener en cuenta que a veces no todas las personas tienen la misma facilidad para hacer algo que tú. En el respeto se encuentra el equilibrio necesario para poder avanzar todos de la mano a un mundo mejor.


Como ves, todas estas personas sacaron grandes lecciones de vida de su voluntariado. Pero cada uno de sus aprendizajes es único y diferente al del resto.

¿Sabes por qué? Porque cada un@ de nosotr@s somos unic@s y tenemos nuestra propia historia de vida, nuestros valores, nuestras fortalezas y nuestras debilidades… Y cada un@ de nosotr@s vivimos y transformamos las experiencias acorde a ello.

Si estos primeros testimonios te han sabido a poco, una nueva dosis de píldoras de aprendizajes solidarios llega el jueves de la mano de otros 13 voluntarios. Te doy un pequeño adelanto: China, Chile, India, Nicaragua, los Alpes suizos, Kenia, Marruecos…, y muchísimos aprendizajes y desarrollo personal.

¿Te lo vas a perder?

¡Y ahora es tu turno!

¿Cuál fue el mayor aprendizaje que te llevaste de tu voluntariado?

¿Qué te han parecido estos testimonio? Seguro que hay alguno que ha resonado especialmente en ti. ¿Nos lo cuentas en los comentarios?

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15 comentarios en «Enseñanzas del voluntariado: 25 voluntarios te cuentan su mayor aprendizaje (parte I)»

  1. Vaya post más auténtico Marta!!

    Me ha encantado conocer los diferentes aprendizajes de los compañeros, son súper interesantes e inspiradores para lanzarse a la aventura de ser voluntario!!

    En mi caso, espero pronto poder vivir de nuevo una aventura de voluntariado pero esta vez internacional, así que contactaré contigo para que me guíes!!

    Muchas gracias por contar conmigo,

    Un abrazote grande.

    Responder
    • Hola Jose!

      Qué bien que quieras saltar al ámbito internacional en tu próximo voluntariado. Después de tu voluntariado en España, tienes un gran bagaje y una base muy fuerte para hacerlo.

      Muchas gracias a ti por haber participado en este artículo, ¡un placer contar contigo!

      Un abrazo.

      Responder
  2. Querida Marta!

    Genial el artículo y geniales las experiencias de los compis con sus voluntariados.

    Es hermoso saber que hay tanta gente interesada en ayudar al mundo.

    Me alegro muchísimo de haber podido colaborar en este artículo y se me ha despertado el mono de volver a hacer voluntaria.

    Gracias y un fortísimo abrazo

    Responder
    • Lo que es genial es poder contar con tu fuerza y con tu inspiración en artículos como este, así que gracias por formar parte.

      Como dices, es fantástico que hay tantas personas comprometidas con hacer algo para que este mundo sea cada día un poquito mejor. Ya sabes, tu próximo voluntariado será internacional y tendrá nombre de muchas mujeres maravillosas!

      Un abrazo muy fuerte! 🙂

      Responder
  3. WOW Marta qué bomba de inspiración!!

    Leyendo los aprendizajes de estos compañeros me han entrado ganas de ir a todos esos sitios y vivir experiencias nuevas.

    –> GRACIAS. Por invitarme, porque es siempre un honor y por recargarnos las pilas con artículos como éste para que sintamos que podemos cambiar el mundo!

    Un gran abrazo hasta Lamu.
    Elena

    Responder
    • Elena, ya sabes que no puedes faltar en cualquier post colaborativo sobre voluntariado (eres mi alter ego 😉 )
      Es siempre genial poder contar contigo para acercar el voluntariado a más personas.

      Cuando preparaba el post, me pasó lo miso que a ti: ¡qué ganas de coger la mochila y volver a vivirlo!

      Un abrazo grande!!!

      Responder
  4. ¡Muchísimas gracias, Marta, por esta maravilla de post!

    Ha sido un placer compartir contigo mi historia, pero, el mayor placer de todos ha sido descubrir a otros emprendedores que no conocía, y ver sus preciosos proyectos y, lo más bonito: su gran entrega y generosidad.

    Descubrir por aquí a otros a quienes ya conozco y sigo, ha sido también una pequeña sorpresa 🙂

    Gracias a todos por aportar vuestro granito de arena al mundo. Y muchísimas gracias, Marta, por compartirnos sus historias.
    Para mí es un enorme privilegio que hayas incluido la mía entre ellas 🙂

    ¡Un abrazo inmenso a todos!

    Responder
    • Hola Ana!
      El placer ha sido mío. Ha sido genial poder contar contigo y poder difundir una experiencia tan transformadora que, como tú dices, cambió tu concepto de felicidad. Sin duda, una herencia preciosa la que dejó el voluntariado en ti.

      ¡Muchas gracias! Un fuerte abrazo 🙂

      Responder
  5. Hola Marta! Que recopilación de buenas experiencias! Lo que más me ha llamado la atención es la variedad de proyectos. Podemos hacer un voluntariado en Africa, pero también aquí cerquita. Y además en protectos muy diferentes.

    A mi me encantaría hacer uno con mujeres y si pudiese aportar algo de mis conocimientos en ejercicio físico sería genial. Pero no he visto ninguno de estas características.
    Así que toca leer tu mega guía para encontrar un voluntariado y ponerme a investigar 🙂
    Un abrazo!

    Responder
    • Hola Ana!

      Gracias por pasarte por aquí a comentar.
      Como bien dices, las opciones para hacer un voluntariado son muchas y muy distintas: destino, ámbito de colaboración, duración de la estancia, presupuesto…, etc.
      Igual que tú, yo también estoy especialmente sensibilizada con el tema del género, y he compartido experiencia con personas que han llevado a cabo actividades de fitness, ioga, etc., en proyectos que trabajan con mujeres. No esperes encontrar una organización que trabaje en ese ámbito tan específico (no es una necesidad prioritaria en determinados contextos), pero lo que sí puedes hacer es hacer una propuesta a estas organizaciones para llevar a cabo durante tu voluntariado.

      Si te puedo ayudar, ¡aquí estoy! Un abrazo 🙂

      Responder
  6. Hola Marta,

    ¡Menudo artículo te has marcado!

    Espero que estas experiencias llenas de aprendizajes lleguen a cuantas mas personas mejor para poder combatir esas injusticias que marcan la diferencia.

    Las historias son inspiradoras y llenas de alma. Solo con leerlo se ven las ganas de los participantes que tienen de repetir de nuevo (algunos con billetes de ida ya comprados :P)

    Muchas gracias de nuevo por contar con mi granito de arena.

    ¡Un abrazo!

    Responder
    • Gracias a ti por poner ese granito de arena, Christian!

      Ha sido genial y muy enriquecedor reunir tantas vivencias y reflexiones distintas. Espero que, como dices, ese entusiasmo y la pasión de todos los que habéis participado sirva para hacer llegar el voluntariado a cada vez más personas.

      Un fuerte abrazo!

      Responder

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